Ze Malinalli Tonalpohualli

Ze Malinalli ‘uno esparto’

Inicio: 18:43 del domingo 1 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del sábado 14 de mayo de 2016.

Tlacatzin Stivalet Corral

 

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Amoxtli Huitzilopochtli – Ze Malinalli Tonalpohualli (Códice Borbónico Lám. 8)

 

El octavo trecenario, ze malinalli ‘uno esparto’, sus ilhuicapohtzitzintin ‘compañeros celestes’ de este trecenario son Mayahuel ‘maguey sagrado’, símbolo del meoctli ‘vino de maguey’, y Xöchipilli ‘hijo de flor’, representante de la tierra florida, también referido como Macuilxöchitl ‘cinco flor’. Este machiyotl ‘signo’ es del rumbo huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestra voluntad logradora, es decir, nuestra «impetridad», manifestación madura de nuestro «instinto de tiempo». Lo más importante de este machiyotl signo’ es que corresponde a nuestro sexto «sol» tolteca, que empezó en el año 2000 europeo, el 13 de junio, día nahui cuauhtli ‘cuatro águila’ en nuestra cuenta tolteca del tiempo, mismo que terminará en el año europeo 2676. La fuerza de este signo está en la cuarta casa que nos hace ser águila, por lo cual nos asumimos como Mictlantecuihtli ‘protector de entredifunto’, que es el sol en el tiempo en que no está visible, cuando está alumbrando a los asiáticos, a los australianos, a los africanos y a los europeos. Esto nos hace ser protectores de dichos seres humanos para que asuman su estado adulto pleno: protegiendo lo vivo, lo cierto, lo ajeno, lo débil y lo armonioso

Primera Casa: ze malinalli ‘uno esparto’

Inicio: 18:43 del domingo 1 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del lunes 2 de mayo de 2016.

Ü síntesis: este ilhuitl ‘retorno’ ze malinalli ‘uno esparto’ nos hace ser fuertes para propiciar los cambios, para mejorar nuestra capacidad ética.

ð El numeral ze ‘uno’ nos llega con la identidad diurna de Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, lo cual nos hace proyectar hacia los demás una inspiración protectora, propiciadora de todo lo que hace vivir. Como identidad interna nos llega Huehueteötl ‘pupila antiga’, el fuego que generó el universo, que da fuerza iniciadora. Como ave está presente el nexhuitzilin ‘colibrí cenizo’.

ð El retorno malinalli ‘esparto’ pertenece al huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, rumbo de color xoxouhqui ‘azul cielo’, el rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestra voluntad logradora, que madura entre los 18 y los 24 años de edad, como resultado de nuestro instinto de tiempo, de nuestra identidad «yo mente», que nos inspira proteger lo ajeno. Es rumbo masculino, lo que nos hace ser activos, emprendedores, impetuosos. Por ser malinalli ‘esparto’, este tiempo es de cambio, de morir y renacer, quizás cambiemos nuestras opiniones, nuestra palabra. Por ser también Pahtecatl ‘de entre hierba sanadora’, lo que hacemos contribuye a la salud de quienes conviven con nosotros.

ð La dualidad ze malinalli ‘uno esparto’ nos llena de energía renovadora, somos fuertes para cortar aquello que ya caducó, lo que ya dejó de ser parte nuestra, para permitir el surgimiento de nuevas maneras de ser, de pensar. En esta primera «casa» nos llega la identidad interna de Itztli ‘obsidiana’, lo cual renueva nuesta fuerza para cortar con somportamiento personal que no va de acuerdo con nuestras convicciones éticas.

Segunda Casa: ome acatl ‘dos cañavera’

Inicio: 18:43 del lunes 2 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del martes 3 de mayo de 2016.

Ü síntesis: este ilhuitl ‘retorno’ ome acatl ‘dos cañavera’ nos hace fuertes para investigar el apego al comportamiento ético, propio y ajeno, y para cortar lo que se aparte de la ética.

ð El numeral ome ‘dos’ llega con la identidad diurna de Tlaltecuihtli ‘protector terreno’ que nos hace ser cósmicos, ya que es la tierra en su función de astro integrante del universo, unido a otros astros por poderosas fuerzas cósmicas, lo que le da una gran solidez, así nos mostramos en este ilhuitl ‘ciclo día noche’, protegemos a quienes nos rodean inspirandoles fuerza. Como identida nocturna nos llega Itztli ‘obsidiana’, lo cual nos renueva la capacidad de cortar con todo aquello que se aparte de la ética. Como ave está presente quetzalhuitzilin ‘colibrí verdeazul’.

ð El retorno acatl ‘cañavera’ nos llega del tlahuilcopa ‘hacia el lugar de la luz’, el oriente, el rumbo de color cozauhqui ‘amarillo dorado’, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra pertenencia colectiva, nuestra identidad «yo género», manifestación de nuestro instinto de pervivencia, que madura entre los 12 y los 18 años para integrar nuestra «amicidad», uniendo nuestra «marca gestaticia» y nuestro «foco homálico». Es rumbo femenino, por lo cual nos manifestamos receptivos, integrarntes de lo que procede de otros para hacerlo propio y darle vida independiente. Por ser acatl ‘cañavera’, manifestamos un gran deseo de saber, de descubrir la esencia de las cosas. Por también ser Tezcatlipoca ‘espejo su esplender’ somos muy estrictos en lo que se refiere a la ética: con nuestro propio comportamiento ético y con el de los demás.

ð La dualidad ome acatl ‘dos cañavera’ nos hace ser muy fuertes, cósmicamente fuertes, para proteger la ética, poseemos una gran curiosidad por saber, por descubrir lo que no es ético, para cortarlo, para apartarlo de nuestro comportamiento cotidiano. En esta segunda «casa» nos corresponde asumir la identidad nocturna de Piltzinteötl ‘pupila niño precioso’, el sol naciente, lo cual renueva nuestra aptitud para inspirar en los demás para descubrir la belleza del colorido de su entorno.

Tercera Casa: yei ozelotl ‘tres ocelote’

Inicio: 18:43 del martes 3 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del miércoles 4 de mayo de 2016.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ yei ozelotl ‘tres ocelote’ nos internamos en nosotros mismos, para dialogar con nuestro propio corazón respecto a nuestra conducta ética, para renovarla.

ð El numeral yei ‘tres’ llega con la identidad diurna de Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, el agua que nace purificada por la montaña y que corre hacia el mar, autopurificándose mientras fluye. Como identidad nocturna nos llega Piltzinteötl ‘pupila niño precioso’, el sol naciente, lo cual renueva nuestra aptitud de inspirar a los demás para descubrir la belleza de nuestro entorno, como lo hace el sol naciente. Como ave está presente cuixin ‘milano’.

ð El retorno ozelotl ‘ocelote’ pertenece al mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, rumbo del color yayuhqui ‘enegrecido’, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, manifestación de nuestro instinto de espacio, de nuestra identidad «yo cuerpo», misma que madura entre los 6 y los 12 años de edad para convertirse en nuestra conciencia ética, nuestras convicciones respecto al comportamiento humano: propio y ajeno. Es rumbo masculino, por lo tanto somos impetuosos, emprendedores, audaces. Por ser ozelotl ‘ocelote’ somos muy cutelosos en lo que hacemos, cuidamos cada paso que damos, también somos dados a tener actividades nocturnas. Al ser también Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, somos dados a reprocesar aquello que ya dejó de servir, en este caso todos nuestros principios éticos ya caducos, esos que ya probaron no ser convincentes.

ð La dualidad yei ozelotl ‘tres ocelote’ nos trae mucha renovación en nuestras convicciones éticas, mucho trabajo interno, mucha reflexión sobre nuestro comportamiento con los demás, se nos despierta el deseo de encontrar las fallas éticas que nos separan de quienes nos rodean. En esta tercera «casa» asumimos la identidad nocturna de Zenteötl ‘fuerza armonizante que unifica’, lo cual renueva nuestra aptitud de inspirar unidad en los demás.

Cuarta Casa: nahui cuauhtli ‘cuatro águila’

Inicio: 18:43 del miércoles 4 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del jueves 5 de mayo de 2016.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ nahui cuauhtli ‘cuatro águila’ nos hace vigorosos, inspirantes de los demás para ejercer su libre albedrío, para disfrutar de la libertad, para gozar sensorialmente.

ð El numeral nahui ‘cuatro’ llega con la identidad diurna de Tonatiuh ‘va irradiando’, el sol, lo cual nos hace asumir su identidad, con esto, los demás perciben en nosotros una gran protección para ellos, tranquilizándolos para dejar fluir la identidad de su energía natal. Como identidad nocturna se presenta Zenteötl ‘fuerza armonizante que unifica’, misma que nos hace renovar nuestra potencia armonizante, nuestra fuerza inspiradora de armonía. El ave presente es zolin ‘codorniz’.

ð El retorno cuauhtli ‘águila’ pertenece al zihuahtlanpa ‘hacia entre mujeres’, el poniente, rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, manifestación de nuestro instinto de placer, de nuestra identidad «yo eros», que madura entre los 24 y los 30 años para transformarse en nuestra «nupcialidad», esa poderosa fuerza instintiva que nos impele a unirnos con alguien de sexo complementario para disfrutar cotidianamente. Este rumbo es femenino, por lo que asumimos una personalidad receptiva, integrante de iniciativas ajenas para hacerlas propias y darles vida independiente. Por ser cuauhtli ‘águila’ nos sentimos muy libres, deseosos de altos vuelos, de tomar ina perspectiva de altura para nuestros asuntos cotidianos. Por también ser Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’ sentimos gran deseo de disfrutar sensorialmente, eróticamente, sexualmente.

ð La dualidad nahui cuauhtli ‘cuatro águila’ nos da una personalidad muy fuerte, muy libre, somos muy dados a disfrutar sensorialmente, nos atrae la actividad sexual, siempre protegiendo a nuestra pareja. Esta dualidad corresponde a nuestro sexto «sol» tolteca, mismo que inició el martes 13 de junio del año 2000 europeo, cuando apareció esta misma «casa». En esta cuarta «casa» se presenta la identidad nocturna de Mictlantecuihtli ‘protector de entre difunto’, lo cual renueva nuestro espíritu protector de nuestro patrimonio ancestral, que se manifiesta en nuestra identidad cultural.

Quinta Casa: macuilli cozcacuauhtli ‘cinco quebrantahuesos’

Inicio: 18:43 del jueves 5 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del viernes 6 de mayo de 2016.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ macuilli cozcacuauhtli ‘cinco quebrantahuesos’ nos enfrentamos a lo caduco, a lo muerto, para de allí extraer vida, para renovarnos internamente.

ð El numeral macuilli ‘cinco’ llega con la identidad diurna de Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de basura’, nuestra fuerza interna que nos permite renovar aquello que ya no corresponde a nuestras convicciones éticas, lo cual nos hace reflexionar sobre nuetro comportamiento hacia los demás. Como identidad nocturna aparece Mictlantecuihtli ‘protecector de entre difuntos’, lo cual renueva nuestra capacidad de proteger nuestro patrimonio cultural. Como ave está presente cacalotl ‘cuervo’.

ð El retorno cozcacuauhtli ‘quebrantahuesos’ pertenece al rumbo huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, rumbo del color xoxouhqui ‘azul’, el rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestra voluntad logradora, misma que madura entre los 18 y los 24 años de edad, originada por nuestro instinto de tiempo, nuestra identidad «yo mente», esa fuerza interna que nos hace aptos para manejar oportunametne el tiempo para lograr todo aquello que nos proponemos, protegiendo siempre lo ajeno. Es rumbo masculino, lo cual se manifiesta como un deseo de acción, de logro. Por ser cozcacuauhtli ‘quebrantahuesos’ nos interesa ser acuciosos, penetrar hasta el fondo de las cosas, como esta ave hace con los huesos para comerse la médula, el originador de la sangre, de la vida. Por también ser Itzpapalotl ‘mariposa de obsidiana’ somos dados a trabajar de noche, o a inspirarnos con algún sueño.

ð La dualidad macuilli cozcacuauhtli ‘cinco quebrantahuesos’ nos hace buscar la fuente de la vida, nos hace buscar entre todo lo arruinado, lo caduco, aquello que nos hará renovarnos, fortalecer nuestros principios éticos. En esta quinta «casa» nos llega la identidad interna de Calchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, lo cual nos impele a renovar esa parte nuestra capaz de autopurificarse, de renovarse con el devenir del tiempo.

Sexta Casa: chicoaze olin ‘seis movida’

Inicio: 18:43 del viernes 6 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del sábado 7 de mayo de 2016.

Ü síntesis: este ilhuitl ‘retorno’ chicoaze olin ‘seis movida’ nos llama la atención asumir nuestra identidad cultural autóctona, para asistir a otros en sus tareas cotidianas.

ð El numeral chicoaze ‘seis’ nos trae la identidad diurna de Mictlantecuihtli ‘protector de entre difunto’, lo cual nos hace sentir apego por nuestro patrimonio cultural, por todo aquello que heredamos de nuestros ancestros, para hacerlo propio y así protegerlo de la desaparición. Como identidad nocturna nos llega Chalchicuhtlicue ‘esmeralda su falda’, el agua que se renueva mientras fluye, lo cual hace que recuperemos esta cualidad de renovar nuestros principios éticos mientras vivimos. Como volante está presente itzchicuahtli ‘lechuza obsidiana’.

ð El retorno olin ‘movida’ pertenece al tlahuilcopa ‘hacia el lugar de la luz’, el oriente, el rumbo del color cozauhqui ‘enrojecido’, el rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, nuestra identidad «yo eros», que madura entre los 24 y los 30 años de edad para convertirse en nuestra «nupcialidad», fuerza que nos impele a buscar placer sensorial acompañados permanentemente de alguien de sexo complementario, al tiempo que nos hacemos protectores de quienes son de menor edad que nosotros. Es rumbo femenino, lo cual nos hace receptivos, integradores de lo que originan otros, para hacerlo propio y darle vida independiente. Por ser olin ‘movida’ somos muy inquietos, muy activos, siempre cumpliendo con nuestra tarea cotidiana. Por también ser xolotl ‘acompañante’ nos mostramos muy serviciales, muy compañeros.

ð La dualidad chicoaze olin ‘seis movida’ nos hace buscar aquello que nos da identidad cultural, que nos hace tomar como propio lo que heredamos de nuestros ancestros, con esta identidad nos mostramos solidarios con otros, para ayudarles a completar su diaria tarea. Esta sexta «casa» nos hace asumir la identida nocturna de Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, con lo cual renovoamos nuestra aptitud para superar nuestras fallas éticas.

Septima Casa: chicome tecpatl ‘siete pedernal’

Inicio: 18:43 del sábado 7 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del domingo 8 de mayo de 2016.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ chicome tecpatl ‘siete pedernal’ nos hace trabajar internamente para descubrir aquello que nos lleva a la unidad con otros, a la solidaridad fraterna.

ð El numeral chicome ‘siete’ posee la identidad diurna de Zenteötl ‘fuerza armonizante que unifica’, lo cual nos hace ser inspiradores de los demás para unirse a otros. Como identidad nocturna nos llega Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, lo cual renueva en nosotros la capacidad de autocrítica. Como volante está presente tizapapalotl ‘mariposa blanca’.

ð El retorno tecpatl ‘pedernal’ pertenece al mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, el rumbo del color yayauhqui ‘ennegrecido’, el rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, que madura entre los seis y los doce años de edad, originada por nuestro instinto de espacio, de nuestra identidad «yo cuerpo», que nos hace protectores de todo lo vivo. Es rumbo masculino, lo cual nos hace impetuosos, audaces. Por ser tecpatl ‘pedernal’, somos reflexivos, interrogadores, incisivos, nos interesa descubrir la esencia de las cosas. Por también ser Chalchiuhtotolin ‘totola preciosa’ somos dados al autosacrificio, al esfuerzo interno que nos lleva a mercer aquello que deseamos.

ð La dualidad chicome tecpatl ‘siete pedernal’ nos hace descubrir aquello que unifica, nos hace esforzarnos internamente para lograr la unidad con otros. En esta séptima «casa» nos corresponde asumir la identidad nocturna de Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, lo cual renueva nuestra aptitud para dialogar con nuestro corazón para descubrir nuestra verdad interior.

Octava Casa: chicoyei quiyahuitl ‘ocho lluvia’

Inicio: 18:43 del domingo 8 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del lunes 9 de mayo de 2016.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ chicoyei quiyahuitl ‘ocho lluvia’ somos inspiradores de quienes nos rodean, protectores de sus ideas, lo cual les inspira para expresarlas oralmente o por escrito.

ð El numeral chicoyei ‘ocho’ trae como identidad diurna a Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo cual nos hace inspiradores de quienes nos acompañan para que expresen con palabras lo que sienten o piensan. Como identidad nocturna nos llega Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, nuestro ser interno, lo cual renueva la cualidad de dialogar con nuestro corazón. El ave presente es itzcuauhtli ‘águila obsidiana’, el emblema de Anáhuac y de México.

ð El retorno quiyahuitl ‘lluvia’ pertenece al zihuatlanpa ‘hacia entre mujeres’, el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro institno de placer, nuestra identidad «yo eros», misma que madura entre los 24 y los 30 años para transformarse en nuestra «nupcialidad», la fuerza instintiva que nos impele a unirnos con alguien de sexo complementario para permanentemente disfrutar sensorialmente: con la vista, con el oído, con el olfato, con el tacto y con el gusto, mientras sentimos protección por quienes son más jóvenes que nosotros. Es rumbo femenino, lo cual nos hace ser acogedores, receptivos. Por ser quiyahuitl ‘lluvia’ somos muy cambiantes, muy impredecibles, pero siempre ayudando a otros a crecer. Por ser Tonatiuh ‘va irradiando’, el sol, somos protectores de quienes nos rodean.

ð La dualidad chicoyei quiyahuitl ‘ocho lluvia’ nos hace ser inspiradores de otros para expresar sus ideas, somos protectores de quienes conviven con nosotros. Esta octava «casa» nos trae la identidad interna de Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, con esto se renueva nuestro poder fecundante de quienes conviven con nosotros.

Novena Casa: chiconahui xöchitl ‘nueve flor’

Inicio: 18:43 del lunes 9 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del martes 10 de mayo de 2016.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ chiconahui xöchitl ‘nueve flor’ nos hace solidarios de quienes nos rodean para culminar hermosamente aquello que está en proceso.

ð El numeral chiconahui ‘nueve’ trae como identidad diurna a Quetzalcohuatl ‘gemelo preciso’, lo cual nos hace ser solidarios con quienes nos rodean. Como identidad nocturna nos llega Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo que renueva nuestro potencial de ayudar a otros a expresar sus ideas. El ave presente es chalchiuhtotolin ‘totol precioso’, lo que nos inspira autosacrificio.

ð El retorno xöchitl ‘flor’ pertenece al rumbo huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, el rumbo del color xoxouhqui ‘azul cielo’, el color de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestro instinto de tiempo, nuestra identidad «yo mente», misma que al madurar se convierte en nuestra «impetridad», esa fuerza interior que nos permite manejar el tiempo para lograr oportunamente aquello que desea nuestro corazón, al tiempo que sentimos protección por lo ajeno. Por ser rumbo masculino somos deseosos de acción, de logro. Por ser xöchitl ‘flor’, nos atrae completar las cosas en curso, culminar los proyectos que nos ocupan. Por también se Xöchiquetzalli ‘preciosidad florida’, nos interesa embellecer lo que hacemos.

ð La dualidad chiconahui xöchitl ‘nueve flor’ nos hace sentir pertenencia colectiva en aquello que hacemos, con esto contribuimos a su culminación, a su embellecimiento. En la novena «casa» nos toca asumir como identidad nocturna Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, lo cual renueva nuestro potencial iniciador.

Décima Casa: mahtlactli zipactli ‘diez caimana’

Inicio: 18:43 del martes 10 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del miércoles 11 de mayo de 2016.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ mahtlactli zipactli ‘diez caimana’ somos muy estrictos con lo ético, especialmente en asuntos que tienen que ver con proyectos que se inician.

ð El numeral mahtlactli ‘diez’ nos trae la identidad diurna de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, lo cual nos hace ser muy exigentes con nuestro propio comportamiento ético, pero también son quienes tenemos trato. No llega acompañante nocturno. El ave presente es el tecolotl ‘buho’, ave nocturna de mirada impactante.

ð El retorno zipactli ‘caimana’ llega del tlahuilcopa ‘hacia el lugar de la luz’, el oriente, el rumbo del color cozauhqui ‘amarillo dorado’, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestro instinto de pervivencia, nuestra identidad «yo género», misma que madura entre los 12 y los 18 años para convertirse en nuestra «amiciad», o sea, nuestra «gemelidad», esa fuerza interna que nos hace sentir pertenencia colectiva mutua. Es rumbo femenino, lo cual nos hace ser serviciales, atentos a los deseos de otros. Por ser zipactli ‘iguana’ somos muy dados a iniciar proyectos ya madurados con anterioridad, lo cual les da una gran probabilidad de éxito. Por ser Tonacatecuihtli ‘protector de abundancia’ y Tonacazihuatl ‘mujer de abundancia’, somos muy dados a buscar aquello que contribuye a la nutrición.

ð La dualidad mahtlactli zipactli ‘diez iguana’ nos da una gran fuerza ética que permite que lo que iniciamos sea culminado por el éxito, especialmente aquellos proyectos que tienen que ver con abundancia. Esta décima «casa» nos llega la identidad nocturna de Itztli ‘obsidiana’, lo cual renueva nuestra aptitud para cortar por lo sano aquello que no es ético.

Decimoprimera Casa: mahtlactlihuan ze ehecatl ‘once viento’

Inicio: 18:43 del miércoles 11 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del jueves 12 de mayo de 2016.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan ze ehecatl ‘once viento’ nos inspiramos de noche, quizás con algún sueño revelador, para ayudar a otros a cumplir con su responsabilidad.

ð El numeral mahtlactlihuan ze ‘once’ trae sólo identidad diurna, que es Yohualtecuihtli ‘protector nocturno’, identificado con las tres estrellas que forman el palo horizontal del Mamalhuaztli ‘intrumento barrenador para hacer fuego’, mismo que los indoeuropeos llaman cinturón de la constelación de Orión, esto nos hace trabajar nocturnamente, quizás con sueños. El ave presente es alotl ‘guacamaya roja’.

ð El retorno ehecatl ‘viento’ llega del mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, el rumbo del color yayauhqui ‘ennegrecido’, el rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su humear’, nuestra conciencia ética, que madura entre los seis y los doce años, generada por nuestro instinto de espacio, por nuestra identidad «yo cuerpo», para hacerno asumir un compromiso ético permanente: respetando lo vivo, respetando lo cierto, respetando lo ajeno, respetanto lo débil y respetando lo armonioso. Por ser rumbo masculino, nos comportamos impetuosos, audaces, deseosos de acción. Por ser ehecatl ‘viento’, no tenemos un rumbo fijo, somos dados a seguir el de los demás, para ayudarlos a cumplir con su trabajo. Por también ser Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’ somos muy solidarios con quienes nos rodean.

ð La dualidad mahtlactlihuan ze ehecatl ‘once viento’ nos hace inspirarnos durante la noche para ayudar a otros, para contribuir a que ellos cumplan con sus responsabilidades. En esta onceava «casa» nos llega la identidad nocturna de Piltzintecuihtli ‘protector niño hermoso’, el sol naciente, lo cual nos renueva para ayudar a otros a descubrir la belleza de su entorno.

Decimosegunda Casa: mahtlactlihuan ome calli ‘doce casa’

Inicio: 18:43 del jueves 12 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del viernes 13 de mayo de 2016.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan ome calli ‘doce casa’ nos adelantamos a los acontecimientos para ver aquello que beneficia a nuestro cuerpo y a nuestra casa.

ð El numeral mahtlactlihuan ome ‘doce’ tiene únicamente acompañante diurno, Tlahuizcalpantecuihtli ‘protector de la alborada’, el planeta Venus en su fase de lucero de la mañana. Esta identidad nos hace adelantarnos a los acontecimientos, pre ver los hechos antes de ocurrir. No se presenta identidad nocturna. El ave presente en este ilhuitl ‘retorno día noche’ es quetzaltototl ‘pajaro verdeazul’, el conocido como quetzal.

ð El retorno calli ‘casa’ es del zihuatlanpa ‘hacia entre mujer’, el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, el rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, nuestra identidad «yo eros», mismo que al madurar entre los 24 y los 30 años se transforma en nuestra «nupcialidad», una fuerza instintiva que nos impele a unirnos permanentemente con alguien de sexo complementario para disfrutar sensorialmente: con la vista, con el oído, con el olfato, con el tacto y con el gusto, haciéndose protector de los más jóvenes. Es rumbo femenino, por lo que nos nace ser acogedores, integradores de la palabra ajena para hacerla propia y darle vida independiente. Por ser calli ‘casa’ somos muy dados a reflexionar, a permanecer en nuestro hogar. Por también ser Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, nos nace reflexionar sobre nuestra identidad, sobre nuestra manera de sentir respecto a lo que nos acontece, para actuar en consecuencia.

ð La dualidad mahtlactlihuan ome calli ‘doce casa’ nos hace percibir adelantadamente nuestro sentir interno respecto a lo que nos va a ocurrir, respecto a lo que concierne a nuestro cuerpo, a nuestro hogar. En esta doceava «casa» asumimos la identidad nocturna de Zentecuihtli ‘protector de lo que unifica’, lo cual nos hace renovar nuestro potencial unificante.

Decimotercera Casa: mahtlactlihuan yei cuetzpalli ‘trece lagarto’

Inicio: 18:43 del viernes 13 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del sábado 14 de mayo de 2016.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan yei cuetzpalin ‘trece lagarto’ mostramos un gran equilibrio y una gran habilidad para encontrar el camino hacia lo que alimenta, lo que nutre.

ð El numeral mahtlactlihuan yei ‘trece’ llega con la idendidad diurna de Zitlalin icue ‘estrella su falda’, la fuerza femenina de las estrellas que forman el universo, lo cual nos da una identidad femenina muy marcada, esta identidad se manifiesta como una gran receptividad para lo ajeno, para hacerlo propio y darle vida autónoma. No se presenta identidad nocturna. El ave presente es toznenetl ‘loro amarillo’.

ð El retorno cuetzpalli ‘lagarto’ llega con el huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, rumbo del color xoxouhqui ‘azul cielo’, el rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestro instinto de tiempo, nuestra identidad «yo mente», que madura entre los 18 los 24 años para generar nuestra «impetridad», fuerza instintiva que nos da la habilidad de manejar correctamente el tiempo para lograr aquello que nos proponemos de corazón, siempre protegiendo lo ajeno. Es rumbo masculino, lo cual nos hace ser impetuosos, emprendedores, audaces. Por ser cuetzpalin ‘lagarto’ somos muy activos, muy dados a comer, muy sanos. Por también ser Huehuecoyotl ‘coyote antiguo’, somos inclinados a divertirnos, a buscar un ambiente musical.

ð La dualidad mahtlactlihuan yei cuetzpalli ‘trece lagarto’ nos llena de una gran armonía, ya que se conjuga la fuerza cósmica femenina del númeral trece con la fuerza masculina del lagarto, esto nos hace ser equilibrados. En esta decimotercera «casa» asumimos la identidad nocturna de Mictlantecuihtli ‘protector de entre difunto’, lo cual renueva nuestra capacidad de protección de nuestra identidad cultural.

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