Ze Cohuatl Tonalpohualli

Ze Cohuatl ‘uno serpiente’

Inicio: 18:43 del sábado 14 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del viernes 27 de mayo de 2016.

Tlacatzin Stivalet Corral

Borbonicus_09-ze-cohuatl

Amoxtli Huitzilopochtli – Ze Cohuatl Tonalpohualli (Códice Borbónico Lám. 9)

El noveno trecenario, ze cohuatl ‘uno serpiente’, los ilhuicapohtzitzintin ‘compañeros celestes’ de este trecenario son Tlahuizcalpantecuihtli ‘protector de la alborada’ y Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, representante del fuego cósmico. Pertenece al rumbo tlahuilcopa ‘hacia la luz’, el oriente, ruumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra «gemelidad», manifestación de nuestro «instinto de pervivencia», que, cuando aparece en el tiempo, nos genera un fuerte sentimiento de pertenencia colectiva. Sahagún dice que este trecenario trae cualli tonalli ‘buena energía natal’, también dice de los nacidos durante el trecenario que serán ilhuileh, mahzehualeh yez, ‘serán poseedores de recompensa, poseedores de merecimiento’, serán ricos, tendrán qué comer y qué beber, según Sahagún, también serán señalados en los asuntos de guerra. Las mujeres también gozarán de riqueza y honra. Pero, quienes no honren cada ilhuitl ‘retorno’ de su signo no gozarán de su buena fortuna: su negligencia y su tibieza les acarrearán la ruina. Los pöchtecah ‘mercaderes viajantes’ de la antigua Anáhuac esperaban a que “saliera”, es decir llegara su tiempo de la casa ze cohuatl para iniciar sus expediciones de negocios, en este ilhuitl ‘retorno’ hacían un convivio con otros mercaderes y con sus familiares, para anunciar su viaje y para recibir consejos de los de mayor experiencia. La fuerza de este signo es la incertidumbre, lo inesperado, lo inesperado del devenir de los acontecimientos en curso. La esencia ética del trecenario es ver con claridad aquello que nos interesa. Nuestra palabra es evocadora de nuestros difuntos.

Primera Casa: ze cohuatl ‘uno serpiente’

Inicio: 18:43 del sábado 14 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del domingo 15 de mayo de 2016.

ð El numeral ze ‘uno’ es portador de la identidad diurna de Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, lo cual nos hace ser muy emprendedores, muy activos, deseosos de iniciar proyectos ya muy acariciados con el corazón. La identidad nocturna que nos llega es la de Huehueteötl ‘pupila antigua’, el fuego antiguo, el que generó el universo. El ave presente es nexhuitzilin ‘colibrí cenizo’.

ð El retorno cohuatl ‘serpiente’ llega con el rumbo tlahuilcopa ‘hacia el lugar de la luz’, el oriente, rumbo del color cozauhqui ‘amarillo dorado’, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestro instinto de pervivencia, nuestra identidad «yo género», que madura entre los 12 y los 18 años para convertirse en nuestra «gemelidad», la gran fuerza que nos inspira un fuerte sentimiento de pertenencia colectiva que nos mueve a unirnos con otros humanos en proyectos de beneficio colectivo. Es rumbo femenino, lo que nos hace ser receptivos, acogedores de las ideas de otros para darles vida autónoma. Por ser cohuatl ‘serpiente’, somos cautelosos al actuar, no vamos de frente, actuamos con rodeos, hasta que ya estamos cerca de nuestro objetivo. También somos Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’ y Chalchiuhtonal ‘energía esmeralda’, lo cual nos hace ser capaces de actuar mientras nos autorrenovamos.

ð La dualidad ze cohuatl ‘uno serpiente’ nos hace ser iniciadores, emprendedores de acciones importantes, de viajes. En esta primera «casa» nos corresponde asumir la identidad nocturna de Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, lo cual renueva nuestra aptitud para ser capaces de autopurificarnos éticamente al decurso del tiempo.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ ze cohuatl ‘uno serpiente’ somos muy emprendedores de acciones importantes, de viajes de negocio, de búsqueda de beneficio a través del esfuerzo, de la acción.

Segunda Casa: ome miquiztli ‘dos muerte’

Inicio: 18:43 del domingo 15 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del lunes 16 de mayo de 2016.

ð El numeral ome ‘dos’ tiene como acompañante diurno a Tlaltecuihtli ‘protector terreno’, la fuerza protectora de nuestro planeta, esto nos hace ser fuertes, nos convierte en sostén de quienes conviven con nosotros, como identidad nocturna está Itztli ‘obsidiana’, con lo cual se renueva nuestra capacidad de cortar con todo aquello que se aparta de la ética. El ave presente es quetzalhuitzilin ‘colibrí verdeazul’.

ð El retorno miquiztli ‘muerte’ es del mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, el rumbo del color yayauhqui ‘ennegrecido’, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, que madura entre los seis y los doce años con la fuerza de nuestro instinto de espacio, de nuestra identidad «yo cuerpo», eso que nos genera nuestras convicciones de conducta. Por ser rumbo masculino nos da por ser impetuosos, audaces, emprendedores. Por ser miquiztli ‘muerte’ somos dados a la reflexión, a evaluar aquellos asuntos que ya dan muestra de haber cerrado su ciclo, para dejarlos ir, para desprendernos de ellos. Por también ser Tecziztecatl ‘de entre caracoles’, nos dejamos llevar por la situación, como lo hacen los caracoles con las variaciones de su entorno con los cambios en las mareas, mismos que origina la luna, Metztli, el otro acompañante de este ilhuitl ‘retorno día noche’.

ð La dualidad ome miquiztli ‘dos muerte’ nos hace ser fuertes para enfrentar aquello que ya cerró su ciclo, aquello que ya debe ser desechado de nuestro vivir. Esta segunda «casa» nos llega con la identidad nocturna de Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, lo cual renueva nuestro potencial de transformar nuestros errores en aciertos.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ ome miquiztli ‘dos muerte’ nos mostramos fuertes, decididos para enfrentar aquellos ciclos que ya concluyeron y actuar en consecuencia.

Tercera Casa: yei mazatl ‘tres venada’

Inicio: 18:43 del lunes 16 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del martes 17 de mayo de 2016.

ð El numeral yei ‘tres’ se presenta con la identidad diurna de Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, lo cual nos hace renovarnos éticamente mientras llevamos a cabo nuestras tareas cotidianas. Como indentidad nocturna nos llega Piltzintecuihtli ‘protector niño precisoso’, lo cual nos hace renovar nuestra capacidad de ayudar a que quienes nos rodean descubran el colorido de su entorno, tal como hace el sol al amanecer de cada nuevo día. El ave presente es cuixin ‘milano’.

ð El retorno mazatl ‘venada’ llega con el rumbo zihuatlanpa ‘hacia entre mujeres’, el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, el rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, manifestación de nuestro instinto de placer, de nuestra identidad «yo eros», que madura entre los 24 y los 30 años para emerger como nuestra «nupcialidad», la fuerza instintiva que nos impele a encontrar una persona de sexo complementario para unirnos a ella de manera permanente y así disfrutar cada nuevo día de manera sensorial: con la vista, con el oído, con el olfato, con el tacto y con el gusto. Es un rumbo femenino, lo cual nos inspira para mostrarnos acogedores de los demás, deseosos de hacernos solidarios de otros para realizar lo que nace de sus corazones. Por ser mazatl ‘venada’, somos muy perceptivos de nuestro entorno climático, buscamos lugares con grandes espacios que nos permitan disfrutar de la naturaleza. Por también ser Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’ somos cambiantes, de la tranquilidad pasamos a la tempestad, como lo hace el clima.

ð La dualidad yei mazatl ‘tres venada’ nos hace sentir atracción por la naturaleza, nos mostramos muy perceptivos, muy sensibles a nuestro entorno, muy precavidos ante cualquier amenaza latente. En esta tercera «casa» llega como indentidad nocturna Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, lo cual renueva nuestra capacidad de autoencuentro, de descubrimiento de nuestro sentir profundo frente a los asuntos que nos incumbe.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ yei mazatl ‘tres venada’ nos hace muy receptivos ante nuestro entorno, nos renovamos sin darnos cuenta, nos preparamos para encontrar nuestra verdad interna.

Cuarta Casa: nahui tochtli ‘cuatro conejo’

Inicio: 18:43 del martes 17 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del miércoles 18 de mayo de 2016.

ð El numeral nahui ‘cuatro’ nos llega con la identidad diurna de Tonatiuh ‘va irradiando’, el sol, lo cual nos hace ser protectores de otros. Como identida nocturna asumimos a Zentecuihtli ‘protector de lo que unifica’, lo cual renueva nuestra fuerza unificante. El ave presente es zolin ‘codorniz’.

ð El retorno tochtli ‘conejo’ pertenece al huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, rumbo del color xoxouhqui ‘azul celeste’, rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestra voluntad logradora, nuestra «impetridad», la fuerza instintiva que madura entre los 18 y los 24 años de edad, generada por nuestro instinto de tiempo, por nuestra identidad «yo mente». Es rumbo masculino, lo que nos hace ser emprendedores, activos. Por ser tochtli ‘conejo’ actuamos de manera original, diferente de lo esperado, con gran gusto por lo que hacemos. Por también ser Meyahuel ‘fuente sagrada’, somos muy dados a ofrendar a los demás aquello que los nutre, que los hace fuertes.

ð La dualidad nahui tochtli ‘cuatro conejo’ nos hace fuertes, diferentes, originales, ofrendantes de los demás de aquello que les da placer, que los nutre. Esta cuarta «casa» nos trae la identidad nocturna de Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo que renueva nuestra capacidad de fecundar la mente de quienes nos rodean para que puedan expresar, oralmente o por escrito, aquello que está como mera idea.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ nahui tochtli ‘cuatro conejo’ nos corresponde mostrarnos protectores de los demás, lo cual hacemos de manera original y propiciante de la nutrición.

Quinta Casa: macuilli atl ‘cinco agua’

Inicio: 18:43 del miércoles 18 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del jueves 19 de mayo de 2016.

ð El numeral macuilli ‘cinco’ nos llega con la identidad diurna de Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, lo cual nos hace reconsiderar nuestra actuación ética para renovar nuestros principios de acción, nuestro código ético. Como identidad nocturna nos corresponde Mictlantecuihtli ‘protector de entre difunto’, lo cual renueva nuestra aptitud para proteger nuestro patrimonio cultural, para asumirnos como parte de lo que nos heredaron nuestros ancestros. Como ave está presente caalotl ‘cuervo’.

ð El retorno atl ‘agua’ pertenece al tlahuilcopa ‘hacia el lugar de la luz’, el oriente, el rumbo del color cozauhqui ‘amarillo dorado’, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra identidad colectiva, nuestro instinto de pervivencia, nuestra identidad «yo género», que madura entre los 12 y los 18 años para manifestarse como nuestra «gemelidad», la fuerza instintiva que nos genera un fuerte sentimento de pertenencia con los demás. Es rumbo femenino, lo que nos hace solidarios, acogedores de las solicitudes de otros para hacerlas propias y convertirlas en realidad operante. Por ser atl ‘agua’, somos muy adaptables, muy dados a penetrar en los poros de las situaciones para lograr lo que queremos. Por ser Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’ somos muy dados a iniciar proyectos grandiosos.

ð La dualidad macuilli atl ‘cinco agua’ nos hace renovarnos éticamente, penetrar en los resquicios de nuestros principios éticos para descubrir cualquier falsedad, cualquier posición ética que no corresponda a nuestro sentir profundo, para transformarlo, para hacerlo fuerte. En esta quinta «casa» nos llega como identidad nocturna Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, lo cual renueva nuestra aptitud para proteger lo que inicia.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ macuilli atl ‘cinco agua’ nos hace renovar todos los principios éticos que han dado muestra de desgaste, de ineficienca, descubriendo su esencia protectora.

Sexta Casa: chicoaze itzcuintli ‘seis perro’

Inicio: 18:43 del jueves 19 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del viernes 20 de mayo de 2016.

ð El numeral chicoaze ‘seis’ llega con Mictlantecuihtli ‘protector de entre difunto’ como acompañante diurno, lo cual signfica que nos identificamos profundamente con nuestros ancestros, con el patrimonio que de ellos heredamos, así, protegemos esta herencia ancestral. Como identidad nocturna nos llega Chalchiuhtlicue ‘esmeralda du falda’, con lo cual se renueva nuestra aptitud autipurificante. Como ave está presente itzchicuahtli ‘lechuza obsidiana’.

ð El retorno itzcuintli ‘perro’ pertenece al mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, rumbo del color yayauhqui ‘enegrecido’, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, que madura entre los seis y los doce años, originada por nuestra «marca gestaticia» y por nuestro «foco oral», manifestación de nuestro instinto de espacio, de nuestra identidad «yo cuerpo». Es un rumbo masculino, por lo cual sentimos impulso a la acción. Por ser itzcuintli ‘perro’ somos muy serviciales, muy dados a ofrecer ayuda a nuestros amigos. Por también ser Mictlahtecuihtli ‘protector de entre difuntos’ y Mictlanzihuatl ‘mujer de entre difunto’ se refuerza nuestro impulso a proteger nuestro patrimonio, a identificarnos con nuestra herencia cultural.

ð La dualidad chicoaze itzcuintli ‘seis perro’ se manifiesta en nosotros como fuerte apego a nuestra identidad cultural, a lo que heredamos de nuestros ancestros, a nuestra identidad cultural propia. En esta sexta «casa» nos corresponde la identidad nocturna de Itztli ‘obsidiana’, lo cual nos impele a renovar nuestra aptitud de cortar aquello que se sale de lo ético.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ chicoaze itzcuintli ‘seis perro’ nos impele a asumir nuestra identidad cultural, la que heredamos de nuestros ancestros anahhuacas.

Séptima Casa: chicome ozomahtli ‘siete mona’

Inicio: 18:43 del viernes 20 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del sábado 21 de mayo de 2016.

ð El numeral chicome ‘siete’ tiene como acompañantes diurno a Zentecuihtli ‘protector de la unidad’, lo que se manifiesta en nostros como una fuerza inspiradora de los demás para sentir una fuerza de pertenencia colectiva, misma que propicia la unión con otros. Como identidad nocturna se presenta Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, con lo cual se renueva en nosotros la fuerza que nos hace fortalecer nuestra conciencia ética. Como volante está presente tizapapalotl ‘mariposa blanca’.

ð El retorno ozomahtli ‘mona’ es del zihuatlanpa ‘hacia entre mujeres’, el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, el rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, nuestra identidad «yo eros», que madura entre los 24 y los 30 años de edad para transformarse en nuestra «nupcialidad», la fuerza instintiva que nos hace sentir deseo de unirnos a alguien de sexo complementario para disfrutar sensorialmente cada día. Es rumbo femenino, lo cual nos hace serviciales, acogedores de las propuestas ajenas, para hacerlas propias y mejorarlas. Por ser ozomahtli ‘mona’ sentimos alegría de vivir, deseos de ser juguetones, informales. Por también ser Xöchipilli ‘hijo florido’ y Zenteötl ‘fuerza armonizante que unifica’, todo lo que hacemos resulta agradable, unificante.

ð La dualidad chicome ozomahtli ‘siete mona’ resulta muy gratificante, disfrutamos de lo que hacemos, al tiempo en que propiciamos la unidad, la armonía con quienes conviven con nosotros. Esta séptima «casa» nos hace asumir como identidad nocturna a Piltzinteötl ‘pupila niño precioso’, con lo cual se renueva nuestra fuerza inspiradora de los demás para que descubran su entorno.

Ü síntesis: este ilhuitl ‘retorno’ chicome ozomahtli ‘siete mona’ nos hace alegres, despreocupados, juguetones, siempre propiciando la armonía, la unidad con quienes nos rodean.

Octava Casa: chicoyei malinalli ‘ocho esparto’

Inicio: 18:43 del sábado 21 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del domingo 22 de mayo de 2016.

ð El numeral chicoyei ‘ocho’ trae la identidad diurna de Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo cual nos hace propiciar en quienes nos rodean la expresión de sus sentimientos y pensamientos en forma escrita o hablada. Como identidad nocturna se presenta Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, con lo cual se renueva nuestra fuerza para encontrar nuestra identidad esencial, nuestra pertenencia cósmica. Como ave está presente itzcuauhtli ‘águila obsidiana’, símbolo patrio de Anáhuac y de México.

ð El retorno malinalli ‘esparto’ pertenece al huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, el rumbo del color xoxuhqui ‘azul celeste’, el rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestra voluntad logradora, que madura entre los 18 y los 24 años de edad, integrando nuestra «marca grupicia» con nuestro «foco anal», como manifestación de nuestro instinto de espacio, de nuestra identidad «yo mente». Es rumbo masculino, por lo tanto somos iniciantes, audaces. Por ser malinalli ‘esparto’, nos interesa el cambio, la modificación de nuestro pensar, de nuestro discurso. Por también ser Pahtecatl ‘de entre planta curativa’, poseemos una fuerza sanadora que irradiamos a los demás.

ð La dualidad chicoyei malinalli ‘ocho esparto’ nos trae fuerza para inspirar en quienes nos rodean el deseo de convertir en palabras, escritas o habladas, lo pensamientos o los sentimientos que generan, es especial aquellas que modifican su manera de ser, o palabras anteriores. En esta octava «casa» nos llega la identidad nocturna de Zenteötl ‘fuerza aromonizante de unidad’, con ello nos renovamos en lo que respecta a nuestra aptitud de inspirar a los demás un sentimiento de pertenencia colectiva que propicia la unión con otros.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ chicoyei mallinalli ‘ocho esparto’ nos hace ser inspiradores de los demás para que expresen con palabras los cambios de opinión, sus nuevos sentimientos.

Novena Casa: chiconahui acatl ‘nueve cañavera’

Inicio: 18:43 del domingo 22 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del lunes 23 de mayo de 2016.

ð El numeral chiconahui ‘nueve’ llega con la identidad diurna de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, lo cual nos imbuye un fuerte sentimiento de pertenencia colectiva que inspira la unión con los demás, como identidad nocturna nos llega Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, con ello se renueva nuestro potencial de inspirar a los demás la conversión de sus pensamientos en palabras. Como ave está presente chalchiuhtotolin ‘guajolote precioso’.

ð El retorno acatl ‘cañavera’ llega del tlahuilcopa ‘hacia el lugar de la luz’, el oriente, el rumbo del color cozauhqui ‘amarillo dorado’, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra «gemelidad», que madura entre los 12 y los 18 años de edad, ne los hombres por integración de la «marca paterna» y nuestro «foco homálico», en las mujeres por integración de la «marca materna» con nuestro «foco homálico», como una manifestación adulta de nuestro instinto de pervivencia, de nuestra identidad «yo género». Es rumbo femenino, por lo cual somos serviciales, atentos a los deseos de los demás. Por ser acatl ‘cañavera’ mostramos gran deseo de conocimiento, de descubrir la razón de ser de lo que nos atrae. Por también ser Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nos nace ser muy apegados a lo ético en todo lo que hacemos en este ilhuitl ‘retorno día noche’.

ð La dualidad chiconahui acatl ‘nueve cañavera’ nos invade de un sentimiento de solidaridad con los demás, de búsqueda de la razón de ser de aquello que nos interesa, en todo momento apegándonos a nuestros principios éticos. Esta novena «casa» asumimos la identidad nocturna de Mictlantecuihtli ‘protector de entre difunto’, así se renueva nuestro apego a la indentidad cultural, a lo heredado de nuestros ancestros.

Ü síntesis: este ilhuitl ‘retorno’ chiconahui acatl ‘nueve cañavera’ nos imbuye de un sentimiento de pertenencia colectiva que nos instiga a buscar éticamente lo que nos interesa.

Décima Casa: mahtlactli ozelotl ‘diez ocelote’

Inicio: 18:43 del lunes 23 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del martes 24 de mayo de 2016.

ð El numeral mahtlactli ‘diez’ llega con la identidad diurna de Tezcatl ipoca ‘espejo su humear’, lo cual nos hace sentir mucho apego a nuestros principios éticos. No llega identidad nocturna. El ave presente es tecolotl ‘buho’, ave nocturna de grandes ojos.

ð El retorno ozelotl ‘ocelote’ pertenece al mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, el rumbo del color yayauhqui ‘ennegrecido’, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, que madura entre los seis y los doce años, fundiéndose nuestra «marca gestaticia» con nuestro «foco oral», con la fuerza de nuestro instinto de espacio, de nuestra identidad «yo cuerpo». Es un rumbo masculino, lo cual nos imbuye de espíritu de iniciativa, de audacia. Al ser ozelotl ‘ocelote’ nos comportamos de manera cautelosa, evitando cualquier ataque por sorpresa. Por también ser Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, somos dados a renovar nuestros pricipios éticos, desechando aquellos que ya no resultan convincentes con nuestro ser interno.

ð La dualidad mahtlactli ozelotl ‘diez ocelote’ nos inspira un fuerte sentimiento de apego a lo ético, somos muy cautelosos al actuar, buscando internamente aquello que pudiera ya no estar apegado a nuestros principios más sentidos. En esta décima «casa» nos llega la indentidad nocturna de Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, de esta manera renovamos nuestra capacidad de recuperar nuestro apego a lo ético.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ mahtlactli ozelotl ‘diez ocelote’ nos instiga a apegarnos a lo ético, a renovar nuestra capacidad de actuar de manera apegada a nuestros principios.

Undécima Casa: mahtlactlihuan ze cuauhtli ‘once águila’

Inicio: 18:43 del martes 24 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del miércoles 25 de mayo de 2016.

ð El numeral mahtlactlihuan ze ‘once’ sólo llega con la identidad diurna de Yohualtecuihtli ‘protector de la noche’, las tres estrellas que forman el palo horizontal del Mamalhuaztli ‘instrumento barrenador’, empleado para hacer fuego, mismas que los indoeuropeos llaman cinturón de la constelación de Orión, lo cual nos hace trabajar nocturnamente. No se presenta acompañante nocturno. El ave presente es alotl ‘guacamaya roja’.

ð El retorno cuauhtli ‘águila’ llega con el rumbo zihuahtlanpa ‘hacia entre mujeres’, el norte, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, nuestra identidad «yo eros», misma que madura entre los 24 y los 30 años para convertirse en nuestra «nupcialidad», la fuerza instintiva que nos impele a encontrar placer sensorial acompañados de alguien de sexo complementario. Es rumbo femenino, lo que se manifiesta en nosotros como un sentimiento de gentileza, de cortesía ante los demás. Por ser cuauhtli ‘águila’ somos muy dados a buscar la libertad, a tomar perspectiva de gran altura para desde allí observar los problemas cotidianos, con lo cual nos enriquecemos. Por también ser Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, somos muy dados a buscar el placer sensorial, la actividad sexual.

ð La dualidad mahtlactlihuan ze cuauhtli ‘once águila’ nos hace trabajar de noche, quizás a través de sueños reveladores, para alcanzar una perspectiva de altos vuelos en nuestro vivir cotidiano, lo cual nos enriquece, nos permite actuar con mayor conocimiento de causa. Esta onceava «casa» nos llega la identidad nocturna de Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, con ello se renueva nuestra capacidad de convertir lo desechado en algo utilizable nuevamente.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan ze cuauhtli ‘once águila’ nos trae sueños reveladores de nuestra realidad cotidiana, para alcanzar una perspectiva elevada.

Decimosegunda Casa: mahtlactlihuan ome cozcacuauhtli ‘doce quebrantahuesos’

Inicio: 18:43 del miércoles 25 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del jueves 26 de mayo de 2016.

ð El numeral mahtlactlihuan ome ‘doce’ trae la identidad diurna de Tlahuizcalpantecuihtli ‘protector de la alborada’, el planeta Venus en su fase de lucero de la mañana, lo cual nos hace adelantarnos a los hecho, los percibimos antes de ocurrir. No se presenta acompañante nocturno. El ave presente es quetzaltototl ‘pájaro verdeazul’, llamado quetzal en castellano, ave que no soporta el cautiverio.

ð El retorno cozcacuauhtli ‘quebrantahuesos’ llega del huitztlanpa ‘hacia entre espinas’, el sur, rumbo del color xoxouhqui ‘azul cielo’, rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestro instinto de tiempo, nuestra identidad «yo mente», misma que madura entre los 18 y los 24 años para metamorfosearse en nuestra «impetridad», esa fuerza instintiva que nos da la habilidad de manejar oportunamente cada tiempo para lograr lo que desea nuestro corazón al mismo tiempo que protegemos o ajeno. Es rumbo masculino, lo que nos inspira para ser activos, audaces, impetuosos. Por ser cozcacuauhtli ‘quebrantahuesos’, somos dados a penetrar en los asuntos que nos ocupan para descubrir su esencia. Por también ser Itzpapalotl ‘mariposa de obsidiana’ nos atrae trabajar nocturnamente para descubrir lo que nos interesa, quizás con sueños reveladores.

ð La dualidad mahtlactlihuan ome cozcacuauhtli ‘doce quebrantahuesos’ nos hace adelantarnos a los acontecimientos, por la doble presencia de Tlahuizcalpantecuihtli ‘protector de la alborada’, con el numeral y con el trecenario, con lo cual estamos en posibilidad de adentrarnos en los asuntos que nos ocupan para descubrir su esencia, su razón de existir. En esta doceava «casa» llega como identidad nocturna Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, lo cual renueva nuestra inspiración para descubrir nuestro sentir profundo.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan ome cozcacuautli ‘doce quebrantahuesos’ nos adelantamos a los acontecimientos para descubrir la esencia de los mismos.

Decimotercera Casa: mahtlactlihuan yei olin ‘trece movida’

Inicio: 18:43 del jueves 26 de mayo de 2016. Fin: 18:43 del viernes 27 de mayo de 2016.

ð El numeral mahtlactlihuan yei ‘trece’ aporta únicamente acompañante diurno, que es Zitlalin icue ‘estrella su falda’, la fuerza femenina del universo, también llamada Omezihuatl ‘mujer dual’, lo cual nos da una gran fuerza engendradora, que nos impele a hacer propio lo ajeno para darle vida independiente, para propiciar su autonomía. No se presenta acompañante nocturno. El ave presente es toznenetl ‘loro amarillo’.

ð El retorno olin ‘movida’ llega con el rumbo tlahuilcopa ‘hacia el lugar de la luz’, el oriente, eñ rumbo del color cozauhqui ‘amarillo, dorado’, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo verdeazul’, nuestro instinto de pervivencia, nuestra identidad «yo género», que madura entre los 12 y los 18 años de edad para manifestarse como nuestra «gemelidad», esa fuerza instintiva que nos invade de un fuerte sentimiento de pertenencia colectiva y de protección de la verdad de nuestra palabra. Es rumbo femenino, por lo cual manifestamos una gran disponibilidad para asumir como propio lo que nace de los demás, para vigorizarlo y darle vida autónoma. Por ser olin ‘movida’, mostramos una gran energía de acción, nos interesa mucho complir con nuestra tarea diaria, mostramos una gran diligencia para nuestras actividades cotidianas. Por también ser Xolotl ‘acompañante’, Venus en su fase de lucero de la tarde, mostramos mucho interés en colaborar, en completar la tarea de otros, así como el “lucero de la tarde” complementa la tarea que inicia el “lucero de la mañana”.

ð La dualidad mahtlactlihuan yei olin ‘trece movida’ la vivimos como un fuerte impulso a acoger las propuestas ajenas para hacerlas propias y convertirlas en actividad personal, en diligencia activa para cumplir las tareas de otros haciéndolas nuestras. En esta trecena «casa» nos llega como identidad nocturna Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo que nos hace renovar nuestra aptitud para fecundar los pensamientos ajenos para que germinen como palabra: escrita o hablada.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan yei ollin ‘trece movida’ nos asumimos como receptores de las tareas ajenas para hacerlas propias y llevarlas a su feliz conclusión.

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