Ze Cuauhtli Tonalpohualli

ze cuauhtli ‘uno águila’,

Inicio: 18:43 del miércoles 21 de septiembre de 2016. Fin: 18:43 del martes 4 de octubre 2016.

Tlacatzin Stivalet Corral

 

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Amoxtli Huitzilopochtli – Ze Cuauhtli (Códice Borbónico Lám. 19)

 

El caxtoltetl ihuan nahui machiyotl ‘decimonono signo’ es del rumbo zihuahtlanpa ‘hacia entre mujeres’, dice Sahagún que no es buena su energía natal. Las identidades diurnas que asumimos en este trecenario son Xöchiquetzalli ‘preciosidad florida’ y Tezcatl ipoca ‘espejo su humear’. En la antigua Anáhuac, durante el Quinto Sol tollteca, según afirma Sahagún, se decía que los hombres que nacen en este signo serán valientes, esforzados, atrevidos, desvergonzados, descomedidos, fanfarrones, presuntuosos. De las mujeres se decía que serán también atrevidas, desvergonzadas, deshonestas, deslenguadas. En esta trecena aparecían sobre la tierra las tepitoton zihuateteoh ‘pequeños difuntos femeninos’, provocando enfermedades en los niños. Las referencias sobre este signo provenientes de nuestro Quintos Sol están contaminadas por los frailes invasores, quienes borraron en sus escritos todo aquello que se refería a Xipeh Totec ‘dueño de sexo nuestro protector’. El terror pánico que los católicos manifiestan por lo que llaman pecado original, que no es otra cosa que el acto sexual que realizaron los personajes llamados Adán y Eva. El afán de hacer desparecer todo signo sexual hizo a los frailes eliminar de nuestra historia autóctona todo aquello que les recordaba que todos les seres humanos somos poseedores de sexo, y que gracias a esta carácteristica se conserva nuestra especie. La figura central de este signo que aparece en el códice Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado, lector seguidor del camino del colibrí’ son Xöchiquetzalli ‘preciosidad florida’, femenina, y Tezcatlipoca ‘espejo su esplender, espejo su emanar’. Este último como un cuadrúpedo con manchas de diferentes colores, resumiendo el proceso de maduración humana. Esta imagen resume nuestro proceso de maduración sexual, lo que nos permite madurar nupciálicamente para comrometernos para toda la vida con una misma pareja y para proteger a quienes son más jóvenes que nosotros. Así, nos hacemos capaces de satisfacer nuestra necesidad imperiosa esencial: amar lo vivo, amar lo cierto, amar lo ajeno, amar lo débil y amar lo armonioso.

Primera Casa: ze cuauhtli ‘uno águila’

Inicio: 18:43 del miércoles 21 de septiembre de 2016. Fin: 18:43 del jueves 22 de septiembre 2016.

ð El numeral ze ‘uno’ nos trae al fuego por partida doble, como identidad diurna nos llega Xiutecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’ y como identidad nocturna nos hacemos Huehueteötl ‘pupila antigua’, esto nos hace iniciadores y protectores de lo vivo: el universo y la vida vegetal que se renueva, como ocurre con el follaje de los árboles que, al igual que la hierba del suelo, se renueva cada año. Como ave está presente el nexhuitzilin ‘colibrí cenizo’.

ð El retorno cuauhtli ‘águila’ perteneca al zihuatlanpa ‘hacia entre mujer’, el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, manifestación de nuestro instinto de placer, lo que nos hace asumir nuestro «yo eros», mismo que al madurar nos hace ser poseedores de «nupcialidad», la fuerza que nos hace contraer núpcias. Por ser cuauhtli ‘águila’, nos interesa la libertad, buscamos la perspectiva más elevada para desde allí analizar nuestros problemas cotidianos, en especial esos que nos están ahogando. También somos Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, con lo cual se refuerza nuestro instinto de placer, especialmente el sexual.

ð La dualidad ze cuauhtli ‘uno águila’ nos llena de energía iniciadora, lo cual muy bien puede ser sexual, nos interesa la libertad para evaluar nuestros problemas, para tomar conciencia de ellos desde una perspectiva elevada. En esta primera «casa» nos asumimos como Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, con lo cual se refuerza nuestra intención de inicio.

Ü síntesis: este ilhuitl ‘retorno’ ze cuauhtli ‘uno águila’ nos inspira para iniciar todo aquello que habrá de florecer, que habrá de terminar dándonos alimento, nuetrición.

Segunda Casa: ome cozcacuauhtli ‘dos quebrantahuesos’

Inicio: 18:43 del jueves 22 de septiembre de 2016. Fin: 18:43 del viernes 23 de septiembre 2016.

ð El numeral ome ‘dos’ nos ofrece la identidad diurna de Tlaltecuihtli ‘protector terreno’, lo cual nos hace ser protectores de la verdad de nuestra palabra y de la verdad de la palabra de los demás, también nos trae la identidad nocturna de Itztli ‘obsidiana’, una advocación de nuestra conciencia ética, con la fuerza para cortar de tajo aquello que no coincide con nuestras convicciones más profundas. El ave presente es quetzalhuitzilin ‘colibrí precioso’.

ð El retorno cozcacuauhtli ‘quebrantahuesos’ pertenece al huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, el rumbo del color xoxouhqui ‘azul’, rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestra «voluntad logradora», nuestro «yo mente», manifestación de nuestro instinto de tiempo. Es rumbo masculino, por lo tanto, nos mostramos emprendedores, deseosos de acción. Por ser cozcacuauhtli ‘quebrantahuesos’ nos interesa conocer a fondo aquello que nos llega en este retorno día noche, penetrar hasta la médula de los problemas, como hace esta ave con los huesos. Por también ser Itzpapalotl ‘mariposa de obsidiana’ nos manifestamos interesados en la sabiduría del cosmos.

ð La dualidad ome cozcauauhtli ‘dos quebrantahuesos’ nos da la fuerza de nuestra palabra, que nos permite penetrar a fondo de la verdad, cortando todo aquello que lo impide. Esta segunda «casa» nos hace asumir la identidad nocturna de Itztli ‘obsidiana’, nuestra fuerza ética, que nos hace cortar aquello que nos aleja de nuestras convicciones más profundas.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ ome cozcacuauhtli ‘dos quebrantahuesos’ nos llega con la fuerza de nuestras convicciones profundas para descubrir el fondo de los problemas y cortarlos de un tajo.

Tercera Casa: yei olin ‘tres movida’

Inicio: 18:43 del viernes 23de septiembre de 2016. Fin: 18:43 del sábado 24 de septiembre 2016.

ð El numeral yei ‘tres’ llega con la identidad nocturna de Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, el agua de los ríos que se autopurifica mientras avanza horizontalmente, lo cual nos hace restaurar nuestra identidad ética mientras llevamos a cabo nuestro diario vivir, como identidad nocturna asumimos la de Piltzinteötl ‘pupila niño precioso’, lo cual nos hace irradiar hacia los demás para que descubran el colorido de su entorno. Como ave está presente cuxin ‘milano’.

ð El retorno olin ‘movida’ pertenece al tlahuilcopa ‘hacia entre la luz’, el oriente, el rumbo del color cozauhqui ‘amarillo dorado’, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra identidad genómica, manifestación de nuestro instinto de pervivencia, eso que nos hace sentir pertenencia colectiva. Es rumbo femenino, por lo que actuamos de manera servicial y acomedida. Por ser olin ‘movida’, somos muy activos, buscando cumplir con nuestra tarea diaria. Por también ser Xolotl ‘acompañante’, somos muy dados a solidarizarnos con las tareas de los demás.

ð La dualidad yei olin ‘tres movida’ nos inspira el deseo de automejora que se convierte en irradiación para que los demás vean el colorido de su entorno y puedan cumplir con su tarea cotidiana, solidarizándose con los demás. En esta tercera «casa» asumimos la identidad nocturna de Piltzinteötl ‘pupila niño precioso’, el sol naciente, por lo cual se refuerza nuestra inflencia en quienes conviven con nosotros en este retorno día noche, para que descubran la belleza de colorido de su entorno y se llenen de entusiasmo.

Ü síntesis: El ilhuitl ‘retorno’ yei olin ‘tres movida’ es muy fuerte, nos llenamos de fuerza ética auto renovadora, que nos hace imbuir de belleza y descubrimiento en quienes nos rodean.

Cuarta Casa: nahui tecpatl ‘cuatro pedernal’

Inicio: 18:43 del sábado 24de septiembre de 2016. Fin: 18:43 del domingo 25 de septiembre 2016.

ð El numeral nahui ‘cuatro’ llega acompañado de la identidad diurna de Tonatiuh ‘va irradiando’, nombre nahua del sol, lo cual nos hace protectores de todo lo que nos rodea, como identidad nocturna nos hacemos Zenteötl ‘fuerza armonizante que unifica’, lo cual nos hace ser inspiradores de unidad. El ave que acompaña a este numeral es zolin ‘codorniz’.

ð El retorno tecpatl ‘pedernal’ pertenece al mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, el rumbo del color negro, el rumbo del color blanco, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su humear’, nuestra conciencia ética, manifestación de nuestra identidad «yo cuerpo», de nuestro instinto de espacio. Es rumbo masculino, por lo cual somos emprendedores, activos. Por ser tecpatl ‘pedernal’ en este ciclo día noche las ideas nos brotan como chispas al chocar dos pedernales, el resultado es el fuego, que significa inicio de asuntos importantes. Por ser también Chalchiuhtotolin ‘totola preciosa’, nos nace el autosacrificio, el esfuerzo más allá de nuestras fuerzas, para ofrendarnos a los demás.

ð La dualidad nahui tecpatl ‘cuatro pedernal’ nos inunda de protección, de sentimiento de unidad colectiva, de ideas de renovación, también de deseos de trabajar entregadamente para el bienestar colectivo. Es la cuarta «casa» del decimonoveno trecenario, ze cuauhtli ‘uno águila’, que tiene como acompañante a Xöchiquetzalli ‘preciosidad florida’, que es es una advocación de Tonacazihuatl ‘paridora de abundancia’, es decir, es quien propicia la abundancia de manera florida. Es decir, que antecede a la abundancia que nos da alimento. En esta cuarta «casa» nos llega la identidad nocturna de Zenteötl ‘fuerza armonizante que unifica’, lo cual nos da más fuerza para integrarnos con quienes nos rodean.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ nahui tecpatl ‘cuatro pedernal’ nos llenamos de energía protectora, renovadora, unificante, todo lo necesario para iniciar proyectos importantes.

Quinta Casa: macuilli quiyahuitl ‘cinco lluvia’

Inicio: 18:43 del domingo 25de septiembre de 2016. Fin: 18:43 del lunes 26 de septiembre 2016.

ð El numeral macuilli ‘cinco’ llega con la identidad diurna de Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de basura’, lo cual nos da el valor de enfrentar nuestros errores, nuestras fallas de comportamiento, para reconocer nuestras equivocaciones con los demás, para renovarnos éticamente, para recuperar la confianza de nuestros congéneres, llega también con la identidad nocturna de Mictlantecuihtli ‘protector de entre difunto’, con lo que nos inundamos de deseo de proteger el legado de quienes nos antecedieron. El ave presente es cacalotl ave que los españoles llamaron cuervo.

ð El retorno quiyahuitl ‘lluvia’ es del zihuatlanpa ‘hacia entre mujer’, el poniente, rumbo del tlatlauhqui ‘enrojecido’, rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, nuestra identidad «yo eros», que madura para convertirse en nuestra nupcialidad, esa fuerza que nos impele a unirnos de por vida con alguien del sexo complementario al nuestro. Es rumbo femenino, que notamos por sentir deseo de colaborar con nuestros semejantes, de ser complacientes con ellos. Por ser quiyahuitl ‘lluvia’ somos inspiradores de los demás para que expresen sus ideas con palabras, somos da carácter cambiante, del buen humor al enojo. Por también ser Tonatiuh ‘va calentando’, el sol, somos protectores de nuestro entorno, irradiamos energía a quienes conviven con nosotros.

ð La dualidad macuilli quiyahuitl ‘cinco lluvia’ nos infunde de espíritu de renovación, de protección de nuestro patrimonio ancestral, el que nos legaron los anahuacas del «quinto sol», nos mostramos inspirantes de la palabra de quienes nos rodean. La «casa» número cinco nos trae la identidad nocturna de Mictlantecuihtli ‘protector de entre difunto’, que refuerza nuestro deseo de protección para nuestra herencia ancestral.

Ü síntesis: En este ilhuitl ‘retorno’ nos hacemos protectores de nuestra herencia cultural renovándonos éticamente, inspirando en los demás el deseo de expresar sus pensamientos.

Sexta Casa: chicoaze xöchitl ‘seis flor’

Inicio: 18:43 del lunes 26de septiembre de 2016. Fin: 18:43 del martes 27 de septiembre 2016.

ð El numeral chicoaze ‘seis’ llega con la identidad diurna de Mictlatecuihtli ‘protector de entre difunto’, que nos acerca al patrimonio de nuestros difuntos, para estudiarlo, para conocerlo, nos llega con la identidad nocturna de Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, el agua que brota pura de las montañas y se desplaza horizontalmente, los arroyos y ríos, mientras renueva su pureza, esto nos hace auto renovarnos mientras desarrollamos nuestras actividades diarias. El ave presente es itzchicuahtli ‘lechuza obsidiana’.

ð El retorno xöchitl ‘flor’ pertenece al huitztlanpa ‘hacia entre espinas’, el sur, rumbo del color xoxouhqui ‘azul celeste’, el rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestra voluntad logradora, nuestra identidad «yo mente», manifestación madura de nuestro instinto de tiempo. Es rumbo masculino, por lo cual nos nace ser fogosos, activos, completadores. Por ser xöchitl ‘flor’, nos sentimos inspirados para concluir aquello que está en curso, especialmente aquello que tiene que ver con lo gráfico, con lo artístico. Por ser también Xöchiquetzalli ‘belleza florida’ somos dados a apreciar todo lo bello de nuestro entorno, de embellecer nuestro entorno.

ð La dualidad chicoaze xöchitl ‘seis flor’ nos aporta una identidad protectora de todo lo hermoso de nuestro patrimonio ancestral, de auto renovación de nuestros valores éticos, del deseo de culminar aquello que está en curso. Esta sexta «casa» llega con la identidad nocturna de Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, lo cual nos hace renovarnos continuamente.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ chicoaze xöchitl ‘seis flor’ es un día inspirador de protección de nuestra herencia ancestral, de renovación de nuestra identidad ética.

Séptima Casa: chicome zipactli ‘siete caimana’

Inicio: 18:43 del martes 27de septiembre de 2016. Fin: 18:43 del miércoles 28 de septiembre 2016.

ð El numeral chicome ‘siete’ tiene como acompañante diurno a Zenteötl ‘fuerza armonizante que unifica’, lo cual nos hace inspiradores de unidad con quienes nos rodean, como identidad nocturna nos llega Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de basura’, esto nos llena de deseo de renovación ética. El volante que está presente es tizapapalotl ‘mariposa blanca’.

ð El retorno zipactli ‘iguana’ es del tlahuilcopa ‘hacia entre la luz’, el oriente, rumbo del cozauhqui ‘amarillo dorado’, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra identidad genómica, nuestro «yo género», manifestación de nuestro instinto de pervivencia. Es rumbo femenino, lo que nos hace receptivos, acogedores de las ideas de otros para hacerlas nuestras. Por ser zipactli ‘iguana’ nos sentimos deseosos de iniciar, de emprender nuevos proyectos, con la fuerza que da la armonía. Por también ser Tonacatecuihtli ‘protector de abundancia’ y Tonacazihuatl ‘paridora de abundancia’ nos llenamos de fuerza engendradora de aquello que será nuestro sustento.

ð La dualidad chicome zipactli ‘siete iguana’ nos infunde mucha fuerza para unirnos con quienes nos rodean, para reprocesar todo aquello de nuestro comportamiento que nos aleja de nuestros semejantes, todo aquello que nos limita la fuerza que se requiere para iniciar asuntos importantes. Esta séptima «casa» nos hace asumir la identidad nocturna de Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de basura’, lo que refuerza nuestro deseo de abandonar conductas degradantes para renovarnos en nuestro trato con los demás.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ chicome zipactli ‘siete iguana’ nos llenamos de brío, de espíritu de ronovación, deseosos de iniciar proyectos ya muy soñados.

Octava Casa: chicoyei ehecatl ‘ocho viento’

Inicio: 18:43 del miércoles 28de septiembre de 2016. Fin: 18:43 del jueves 29 de septiembre 2016.

ð El numeral chicoyei ‘ocho’ llega trayéndonos la identidad diurna de Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo cual nos hace ser inspiradores de los demás, con lo cual expresan confiadamente su pensar, nos llega también la identidad nocturna de Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, lo cual nos llena de deseo de encontrarnos a nosotros mismos, con lo cual es posible que tengamos sueños reveladores de situaciones no claras aún. El acompañante volante es itzcuauhtli ‘águila obsidiana’, emblema nacional de Anáhuac y de México.

ð El retorno ehecatl ‘viento’ llega del mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, rumbo del negro, rumbo del blanco, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, nuestra identidad «yo cuerpo», manifestación de nuestro instinto de espacio. Es rumbo masculino, lo que nos hace emprendedores, activos, impetuosos. Por ser ehecatl ‘viento’, somos muy dados a desplazarnos, siempre ayudando a los demás, como hace el viento con las nubes, para que lluevan donde deben, somos muy dados a hablar, a mostrar locuacidad. Por también ser Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’ somos muy solidarios con nuestros congéneres, nos mostramos muy amistosos.

ð La dualidad chicoyei ehecatl ‘ocho viento’ nos hace inspiradores de la palabra ajena, buscadores de nuestra identidad verdadera, de nuestro sentir profundo. En esta octava «casa» nos hacemos Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, como identidad nocturna, con lo que se fortalece la posibilidad de tener sueños que nos resuelvan conflictos importantes.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ chicoyei ehecatl ‘ocho viento’ somos dados a inspirar a los demás pero también somos dados a buscar nuestra identidad verdadera, quizá, a través de sueños.

Novena Casa: chiconahui calli ‘nueve casa’

Inicio: 18:43 del jueves 29 de septiembre de 2016. Fin: 18:43 del viernes 30 de septiembre 2016.

ð El numeral chiconahui ‘nueve’ nos trae como identidad diurna a Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra identidad genómica, lo cual nos hace solidarios de quienes nos rodean, como identidad nocturna nos llega Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo que nos hace inspiradores de los demás, para que puedan expresarse verbalmente, para que compartan su pensar. Como volante está presente Chalchiuhtotolin ‘guajolota preciosa’, lo que nos inspira para el autosacrificio.

ð El retorno calli ‘casa’ llega del zihuatlanpa ‘hacia entre mujer’, el poniente, rumbo del tlatlauhqui ‘enrojecido’, rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, nuestra identidad «yo eros», que madura para hacernos aptos para contraer nupcias. Es rumbo femenino, lo cual nos hace ser receptivos de las propuestas de otros. Al ser calli ‘casa’, somos dados a permanecer en nuestra casa, a cuidar nuestro cuerpo, a arreglar nuestro hogar. Como también somos Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, nos surgen deseos de introspección, de reflexión, de meditación sobre nuestro sentir profundo acerca de los acontecimientos recientes.

ð La dualidad chiconahui calli ‘nueve casa’ nos llena de deseos de expresar con palabras nuestra solidaridad hacia quienes nos rodean, para inspirarles la confianza de expresar con palabras aquello que piensan, también sentimos deseos de permanecer en nuestro hogar, meditando sobre nuestro sentir profundo. Esta novena «casa» nos trae la identidad nocturna de Tlaloc ‘licor fcundante de la tierra’, lo que refuerza nuestra acción benéfica hacia otros.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ chiconahui calli ‘nueve casa’ nos hace solidarios de los demás, inspiradores de la palabra de otros, somos dados a reflexionar para descubrir nuestro sentir profundo.

Décima Casa: mahtlactli cuetzpalli ‘diez lagarto’

Inicio: 18:43 del viernes 30 de septiembre de 2016. Fin: 18:43 del sábado 1 de octubre 2016.

ð El numeral mahtlactli ‘diez’ nos aporta como identidad diurna a Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, lo cual nos llena de deseos de comportarnos de manera congruente con nuestras convicciones éticas, lo cual nos hace sentirnos muy bien. No nos llega identidad nocturna con este numeral. El ave que acompaña es el tecolotl ‘buho’.

ð El retorno cuetzpalli ‘lagartijo’ llega del rumbo huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, el rumbo del color xoxouhqui ‘azul’, el rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestro instinto de tiempo, nuestra identidad «yo mente», misma que al madurar se manifiesta como nuestra «voluntad logradora», esa poderosa fuerza que nos permite lograr todo lo que nuestro corazón se propone. Es rumbo masculino, lo cual nos hace ser emprendedores, realizadores, impetuosos. Por ser cuetzpalli ‘lagartijo’, todo se nos facilita, en especial aquello que tiene que ver con nuestra alimentación, en este ciclo día noche se activa nuestra sexualidad, especialmente la masculina. Al también ser Huehuecoyotl ‘coyote huehuetero’ nos inspiramos para disfrutar de la música, del canto.

ð La dualidad mahtlactli cuetzpalin ‘diez lagartijo’ nos trae un fuerte deseo de acción, siempre dentro de nuestros principios éticos más fuertes, la actividad tiene que ver con nuestro alimento y con deseos de diversión. Esta «casa» número diez nos impele a asumir como identidad nocturna de Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, el fuego iniciador de existencia, por esto nos imbuimos de deseo de comenzar proyectos que nuestro corazón ha forjado con entusiasmo.

Ü síntesis: En este ilhuitl ‘retorno’ mahtlactli cuetzpalli ‘diez lagartijo’ nos penetra el sentimiento de actuar de acuerdo a nuestra ética, ser activos al tiempo que disfrutamos.

Undécima Casa: mahtlactlihuan ze cohuatl ‘once serpiente’

Inicio: 18:43 del sábado 1 de octubre de 2016. Fin: 18:43 del domingo 2 de octubre 2016.

ð El numeral mahtlactlihuan ze ‘once’ nos hace asumir la identidad diurna de Yohualtecuihtli ‘protector de la noche’, nombre de las tres estrellas del palo horizontal del mamalhuaztli ‘instrumento barrenador’, mismas que los europeos identifican como el cinturón de la constelación Orión, esto nos hace ser protectores de la noche, es decir, durante la noche. No nos llega identidad nocturna. El ave presente es alotl ‘guacamaya roja’.

ð El retorno cohuatl ‘serpiente’ es del tlahuilizcopa ‘hacia la luz’, el oriente, el color cozauhqui ‘amarillo dorado’, como el sol, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestro instinto de pervivencia, nuestra identidad «yo género», misma que al madurar nos hace vivir un continuo sentimiento de pertenencia con nuestros congéneres. Es rumbo femenino, por lo cual nos invade el deseo de acoger con beneplácito cualquier solicitud que recibimos de alguien más. Por ser cohuatl ‘serpiente’ manifestamos cautela al actuar, no avanzamos directamente a nuestro objetivo, lo hacemos de manera indirecta, como culebreando. Al también ser Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, nos mostramos deseosos de renovarnos éticamente, tal como lo hace el agua de los ríos mientras corre hacia el mar.

ð La dualidad mahtlatlihuan ze cohuatl ‘once serpiente’ nos hace vivir protegiendo lo que ocurre en nuestro entorno, lo cual hacemos de manera cauta, sigilosa, propiciando la acción dentro de la ética. En esta onceava «casa» también nos llega como identidad nocturna Itztli ‘obsidiana’, con lo cual nuestra renovación ética nos lleva a cortar de tajo aquello que no está de acuerdo con nuestras convicciones.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ nos llenamos de compromiso de acción apegada a la ética, nos mostramos muy cautos, aparentemente titubeantes, pero cortamos aquello que está fuera de la ética.

Duodécima Casa: mahtlactlihuan ome miquiztli ‘doce muerte’

Inicio: 18:43 del domingo 2 de octubre de 2016. Fin: 18:43 del lunes 3 de octubre 2016.

ð El numeral mahtlatlihuan ome ‘doce’ nos trae la identidad diurna de Tlahuizcalpantecuihtli ‘protector de la alborada’, el planeta Venus en su fase de lucero de la mañana, lo cual nos hace adelantarnos a los acontecimientos, percibimos los hechos antes de que ocurran. No llega identidad nocturna. El ave presente es quetzaltototl ‘pájaro precioso’, ave caracterizada por no aceptar vivir en cautiverio.

ð El retorno miquiztli ‘muerte’ pertenece al mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, rumbo del color yayauhqui ‘negruzco’, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, manifestación de nuestro instinto de espacio, de nuestra identidad «yo cuerpo». Es rumbo masculino, lo que nos hace actuar, emprender asuntos que nos interesan. Al ser miquiztli ‘muerte’, nos interesa reflexionar, abandonando asuntos que ya dejaron de ser de nuestro interés, cerrar ciclos que ya han sido completados. Por ser también Tecziztecatl ‘de entre caracoles’ y Metztli ‘luna’, se nos activa nuestra psiquis, dejándonos llevar por nuestras percepciones, especialmente cuando este ilhuitl ‘retorno día noche’ llega con luna llena.

ð La dualidad mahtlactlihuan ome miquiztli ‘doce muerte’ es portadora de un sentimiento de reflexión, principalmente por percibir anticipadamente los acontecimientos, lo cual nos permite reflexionar sobre los asuntos en curso, cerrando el ciclo de aquello que no ofrece buenas perspectivas. Esta «casa» número doce llega trayéndonos la identidad nocturna de Piltzinteötl ‘pupila niño precioso’, el sol naciente, lo cual nos permite ver el colorido de nuestro entorno, de los nuevos proyectos que buyen en nuestro corazón.

Ü síntesis: Este ilhuitl ‘retorno’ nos hace ver adelantadamente el desenlace de aquellos asuntos en los que estamos involucrados, con esto evaluamos su conveniencia, cerrando los ciclos ya completados.

Trecena Casa: mahtlactlihuan yei mazatl ‘trece venada’

Inicio: 18:43 del lunes 3 de octubre de 2016. Fin: 18:43 del martes 4 de octubre 2016.

ð El numeral mahtlactlihuan yei ‘trece’ tiene únicamente identidad diurna que es Zitlalin icue ‘estrella su falda’, que es la fuerza femenina del universo, lo cual nos hace ser engendradores. No existe identidad nocturna. El ave presente es toznenetl ‘loro amarillo’.

ð El retorno mazatl ‘venada’ llega del zihuatlanpa ‘hacia entre mujer’, el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, el rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, nuestra identidad «yo eros», misma que al madurar se hace nuestra nupcialidad, la fuerza que nos impele a unirnos de manera permanente con alguien de sexo complementario al nuestro. Es rumbo femenino, lo cual nos inspira ser receptivos, acogedores de las propuestas de otros. Al ser mazatl ‘venada’, se activan nuestros sensores de nuestro entorno, nos hacemos muy sensibles a la manifestación de cualquier peligro, detectamos de inmediatamente cualquier amenaza a nuestra integridad: ética, colectiva, profesional, familiar. Como también somos Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, los demás nos perciben como protectores, lo cual les da confianza para expresar sus pensamientos.

ð La dualidad mahtlactlihuan yei mazatl ‘trece venada’ nos hace ser engendradores de confianza, sensibles ante los demás, propiciadores de la palabra de otros. Esta trecena «casa» nos hace asumir la identidad nocturna de Zenteötl ‘fuerza armonizante que unifica’, lo cual refuerza la energía unificante de este ilhuitl ‘retorno día noche’.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ somos engendradores de unidad, nos volvemos extremadamente sensibles a los demás, irradiando confianza, con lo que quienes nos rodean expresan su sentir.

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