Ze Acatl Tonalpohualli
- By OmeAcatl
- 12 diciembre, 2016
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ze acatl ‘uno cañavera’
Inicio: 18:43 del jueves 8 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del miercoles 21 de diciembre de 2016.
Tlacatzin Stivalet Corral
Amoxtli Huitzilopochtli – Ze Acatl (Códice Borbónico Lám. 5).
El quinto tercenario, ze acatl ‘uno cañavera’, tiene como acompañante a Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, lo cual nos hace ser renovadores de nuestros principios éticos mientras transcurre nuestro vivir cotidiano, al igual que se autopurifica el agua mientras corre río abajo. Pertenece al rumbo tlapcopa ‘hacia el cofre’, el oriente, rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso, gemelo potente’, nuestra identidad genómica, nuestro «yo género», manifestación de nuestro «instinto de pervivencia». En la antigua Anahuac ‘cerca de agua, junto a agua, donde se armoniza pensamiento’, en tiempos del «quinto sol» tolteca, el primer día de este trecenario se hacían ofrendas en los calmecac ‘lugar de iniciados’, justamente frente a una escultura de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso, gemelo potente’, cuya identidad calendárica es precisamente ze acatl ‘uno cañavera’. La ofrenda incluía flores, cañaveras, incienso, comida y bebida.
Primera Casa: ze acatl ‘uno cañavera’
Inicio: 18:43 del jueves 8 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del viernes 9 de diciembre de 2016.
ð El numeral ze ‘uno’ nos trae la identidad diurna de Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, lo cual nos hace protectores de aquello que inicia, nos hace desear iniciar proyectos grandes, acariciados por mucho tiempo. Como identidad nocturna somos Huehueteötl ‘fuerza armonizante antigua’, lo cual nos hace proteger lo que inició. El ave presente es nexhuitzilin ‘colibrí cenizo’.
ð El retorno acatl ‘cañavera’ procede del tlahuilcopa ‘hacia la luz’, el oriente, el rumbo del cozauhqui ‘amairllo dorado’, rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra identidad genómica, lo cual nos hace sentir fuertes lazos de pertenencia colectiva, es una manifestación madura de nuestro instinto de pervivencia, de nuestra identidad «yo género», que nos inspira unirnos a nuestros semejantes para realizar acciones de beneficio colectivo. Es rumbo femenino, lo cual nos hace ser receptivos, acogedores de propuestas ajenas, para hacerlas prosperar. Por ser acatl ‘cañavera’ somos muy despiertos mentalmente, nos interesa descubrir la esencia de los asuntos en que estamos involucrados. Por también ser Tezcatl ipoca ‘espejo su humear’ somos muy autoexigentes en lo ético, nos sentimos comprometidos con la rectitud, con la limpieza de nuestros actos, para garantizar la protección de llo vivo, de lo cierto, de lo ajeno, de lo débil y de lo armonioso.
ð La dualidad ze acatl ‘uno cañavera’ nos hace ser iniciadores, nos hace ser analíticos de las circunstancias que nos rodean, nos hace ser locuaces, quizá un tanto fríos. En este día noche asumimos, la primera «casa», como identidad nocturna a Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, lo cual nos hace investigar nuestro ser interno para descubrir nuestra verdad esencial, como lo hicieron los mexihtin ‘mexis’ en nuestro Quinto Sol, identidad que nos legaron en la piedra llamada por ellos Huei cuauhxiccalli iixiptla ‘gran jicara del águila, su representante’, ellos descubrieron que cada uno de nosotros los seres humanos es representante del universo.
Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ ze acatl ‘uno cañavera’ somos muy solidarios, muy dados a analizar los asuntos en curso, nos interesa iniciar proyectos muy deseados.
Segunda Casa: ome ozelotl ‘dos ocelote’
Inicio: 18:43 del viernes 9 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del sábado 10 de diciembre de 2016.
ð El numeral ome ‘dos’ tiene como identidad diurna a Tlaltecuihtli ‘protector terrenal’, que nos inspira para asumir la identidad de la fuerza masculina de la Tierra, una de nuestras cuatro fuerzas cósmicas engendradoras, la que nos hace pertenecientes al cosmos, ya que tlalli ‘tierra’ es lo mismo que zitlalli ‘tierra lejana’, es decir “estrella”. Como identidad nocturna este numeral nos hace asumir a Itztli ‘obsidiana’, una advocación de nuestra conciencia ética, de nuestro Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, que nos hace ser muy estrictos con nuestro comportamiento ético, cortando lo que no se apega a él. Como acompañante volante está presente quetzalhuitzilin ‘colibrí verdeazul’.
ð El retorno ozelotl ‘ocelote’ llega del mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, el rumbo del color yayauhqui ‘negruzco’, el rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, manifestación de nuestro instinto de espacio, de nuestra identidad «yo cuerpo», lo cual nos hace exigentes con nuestro comportamiento, para siempre proteger lo vivo, lo cierto, lo ajeno, lo débil y lo armonioso. Es rumbo masculino, lo que nos inspira para ser audaces, emprendedores. Por ser ozelotl ‘ocelote’ somos muy cautelosos, muy precavidos, dados a cavilar durante la noche. También somos Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, por lo que somos dados a renovar lo que ya fue desechado, para que vuelva a ser útil, especialmente nuestras convicciones éticas.
ð La dualidad ome ozelotl ‘dos cañavera’ nos da la fuerza de la tierra y la cautela del ocelote, por esto mismo somos capaces de cortar con decisión todo aquello que no se apega estrictamente a lo ético, con lo cual nos renovamos, nos mejoramos éticamente. En la segunda «casa» asumimos la identidad interna de Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, por lo que nos manifestamos como inspirantes de los demás para que se automejoren, para que expresen su sentir ético, como consecuencia de predicar nosotros con el ejemplo.
Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ ome ozelotl ‘dos ocelote’ sentimos una gran fuerza interna para renovar nuestros principios éticos, cortando lo obsoleto, inspirando a los demás a hacer lo propio.
Tercera Casa: yei cuauhtli ‘tres águila’
Inicio: 18:43 del sábado 10 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del domingo 11 de diciembre de 2016.
ð El numeral yei ‘tres’ tiene como acompañante diurno a Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, lo cual nos hace ser como agua de manantial, que se autopurifica por trabajo interno en la montaña y se sigue autpurificando mientras corre río abajo, por lo cual nos automejoramos éticamente, especialmente por también estar presente a lo largo de los trece días de este signo. Como identidad nocturna somos Piltzinteötl ‘pupila hijo precioso’, el sol naciente, lo cual nos hace inspirar a los demás para que vean el colorido de su entorno, como hace con nosotros el sol cada mañana, cuando ilumina nuestro entorno. El ave presente es cuixin ‘milano’.
ð El retorno cuauhtli ‘águila’ nos llega del zihuahtlanpa ‘hacia entre mujeres’, el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, el rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, mismo que al madurar se convierte en nuestra nupcialidad, eso que nos hace sentir necesidad permanente de la cercanía cotidiana de una persona de sexo complementario y de proteger a los menores que nosotros. Es un ciclo día noche femenino por lo cual somos complacientes con los demás, acogedores de propuestas de otros. Por ser cuauhtli ‘águila’ somos dados a volar alto, a descubrir aspectos ocultos de nuestro vivir cotidiano desde una perspectiva elevada, desapasionada, con lo cual podemos actuar de manera desapasionada. Por también ser Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’ sentimos una gran disposición para disfrutar eróticamente, sensorialmente.
ð La dualidad yei cuauhtli ‘tres águila’ nos trae una gran sensualidad, un deseo de autorrenovarnos por medio del placer, disfrutando aquello que se nos presenta en nuestro vivir cotidiano, con lo cual descubrimos a los demás el colorido de su entorno. Esta tercera «casa» nos trae la identidad nocturna de Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, lo cual nos hace sentir deseos de iniciación, de comienzo.
Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ yei cuauhtli ‘tres águila’ nos hace disfrutar de nuestra autorrenovación ética, lo cual nos inspira para iniciar, para empezar proyectos nuevos.
Cuarta Casa: nahui cozcacuauhtli ‘cuatro quebrantahuesos’
Inicio: 18:43 del domingo 11 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del lunes 12 de diciembre de 2016.
ð El numeral nahui ‘cuatro’ llega con la identidad diurna de Tonatiuh ‘va irradiando’, el sol, lo cual nos hace ser protectores de todo nuestro entorno, asimismo nos trae la identidad nocturna de Zenteötl ‘fuerza armonizante que unifica’, lo que nos hace propiciar en los demás un sentimiento de pertenencia, mismo que los hace unirse a otros. Como ave está presente zolin ‘codorniz’.
ð El retorno cozcacuauhtli ‘quebrantahuesos’ pertenece al huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, rumbo del color xoxouhqui ‘azul cielo’, rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestro instinto de tiempo, nuestra identidad «yo mente», que cuando maduramos se manifiesta como nuestra impetridad, eso que nos permite actuar de manera certera en el tiempo para obtener aquello que desea nuestro corazón, siempre protegiendo lo que pertenece a otros. Es rumbo masculino, lo cual nos hace actuar, emprender acciones que contribuyen al logro de aquello que intensamente desea nuestro corazón. Por ser cozcacuauhtli ‘quebrantahuesos’ nos interesa penetrar en la esencia de las cosas, como el quebrantahuesos rompe los huesos para comerse la médula. Por también ser Itzpapalotl ‘mariposa de obsidiana’, somos dados a descubrir aspectos importantes durante la noche, quizás por medio de sueños reveladores de nuestra verdad interna.
ð La dualidad nahui cozcacuauhtli ‘cuatro quebrantahuesos’ nos llena de fuerza protectora de los demás, lo cual propicia la unidad con quienes nos rodean, así somos capaces de penetrar en la esencia de los asuntos que nos ocupan, descubriendo la verdad esencial de los mismos, para llevarlos al éxito. Esta cuarta «casa» nos hace asumir la identidad nocturna de Itztli ‘obsidiana’, que se manifiesta como fuerza para cortar de tajo aquello que no se apega estrictamente a lo ético.
Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ nahui cozcacuauhtli ‘cuatro quebrantahuesos’ nos llenamos de fuerza protectora que nos une a otros para descubrir juntos lo que no es ético y cortarlo de tajo.
Quinta Casa: macuili olin ‘cinco movida’
Inicio: 18:43 del lunes 12 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del martes 13 de diciembre de 2016.
ð El numeral macuilli ‘cinco’ tiene dos identidades, la diurna es Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, lo que nos hace sentir necesidad de renovar aquello que ya se desecho, para que sirva de nuevo, para que sea utilizable otra vez, la nocturna nos hace ser Mictlantecuihtli ‘protector de entre difuntos’, que es el sol mientras está oculto para nosotros, pero protegiendo a nuestros difuntos, así, nos volvemos protectores de nuestro patrimonio heredado, de nuestra cultura propia. Como ave está presente cacalotl, ave que los europeos llamaron cuervo.
ð El retorno olin ‘movida’ pertenece al tlahuilcopa ‘hacia entre luz’, el oriente, rumbo del color cozauhqui ‘amarillo dorado’, rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra pertenencia colectiva, manifestación de nuestro instinto de pervivencia, nuestra identidad «yo género» que nos inspira decir la verdad a nuestros semejantes. Es un retorno día noche femenino, lo cual nos hace ser complacientes con los demás, acogedores gustosos de propuestas ajenas. Por ser olin ‘movida’ somos muy inquietos, deseosos de acción. Por ser Xolotl ‘acompañante’ somos muy dados a solidarizarnos con otros para acompañarlos.
ð La dualidad macuilli olin ‘cinco movida’ nos trae una identidad llena de deseo de renovación, de protección de nuestra herencia cultural, somos muy solidaridarios con los demás, muy complacientes para solidarizarnos con sus acciones. En esta quinta «casa» asumimos la identidad nocturna de Itztli ‘obsidiana’, con lo que somos dados a cortar con lo que nos aparta de la ética, de renovar nuestros principios éticas.
Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ macuilli olin ‘cinco movida’ nos hace sentir deseos de renovar aquello que contribuye nuestro patrimonio cultural heredado de nuestros difuntos.
Sexta Casa: chicoaze tecpatl ‘seis pedernal’
Inicio: 18:43 del martes 13 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del miércoles 14 de diciembre de 2016.
ð El numeral chicoaze ‘seis’ trae como identidad diurna a Mictlantecuihtli ‘protector de entre difunto’, lo cual nos hace sentir deseos de proteger nuestra herencia cultural, aquello que recibimos de nuestros huehuetqueh ‘ancianos’, como identidad nocturna somos Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, el agua que corre horizontalmente autopurificándose, lo que nos hace autorrenovarnos mientras atendemos nuestos asuntos cotidianos. El ave presente es itzchicuahtli ‘lechuza obsidiana’.
ð El retorno tecpatl ‘pedernal’ es del mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, el rumbo del color yayauhqui ‘negruzco’, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, manifestación adulta de nuestro instinto de espacio, nuestra identidad «yo cuerpo» que nos inspira para proteger lo vivo. lo cierto, lo ajeno, lo débil y lo armonioso. Es rumbo masculino, por lo que somos dados a ser emprendedores, iniciadores de acción. Por ser tecpatl ‘pedernal’, nos gusta acercarnos a fondo a lo que nos interesa, a conocer aquello que nos ocupa. Por también ser Chalchiuhtototlin ‘totola preciosa’ somos dados a exigirnos más allá de nuestra capacidad, lo que nos hace crecer, hacernos más maduros.
ð La dualidad chicoaze tecpatl ‘seis pedernal’ nos hace protectores de nuestra herencia cultural, conocer a fondo nuestra herencia ética, para esforzarnos al límite de nuestras fuerzas y así crecer internamente. En esta sexta «casa» nos corresponde asumir la identidad de Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, por lo cual nos autorrenovamos éticamente mientras vivimos.
Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ chicoaze tecpatl ‘seis pedernal’ nos hace asumirnos como protectores de nuestro patrimonio cultural, mediante el trabajo de merecimiento, de la autoexigencia.
Septima Casa: chicome quiyahuitl ‘siete lluvia’
Inicio: 18:43 del miércoles 14 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del jueves 15 de diciembre de 2016.
ð El numeral chicome ‘siete’ nos llega con la identidad nocturna de Zenteötl ‘fuerza armonizante que unifica’, lo cual nos hace ser inspiradores de otros para solidarizarse con nosotros, también nos llega con la identidad diurna de Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de basura’, lo que nos hace buscar aquello que ya cumplió su ciclo vital primario para renovarlo, para que inicie un nuevo ciclo vital. El volante presente en este retorno día noche es tizapapalotl ‘mariposa blanca’.
ð El retorno quiyahuitl ‘lluvia’ proviene del zihuahtlanpa ‘hacia entre mujeres’, el poniente, rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, nuestra identidad «yo eros», eso que al madurar se convierte en nuestra nupcialidad, esa fuerza cósmica que nos impele a disfrutar continuamente de la presencia de alguien de sexo complementario y la necesidad de proteger a quiens son más jóvenes que nosotros. Es rumbo femenino, lo que nos hace acogedores gustosos de peticiones de otros, para unirlas a nuestros propios deseos, para hacerlas propias. Por ser quiyahuitl ‘lluvia’ manifestamos un caracter cambiante, que va desde la calma hasta la tormenta. Por también ser Tonatiuh ‘va irriadiando’, el sol, somod protectores de quienes están presentes en nuestro entorno.
ð La dualidad chicome quiyahuitl ‘siete lluvia’ es un día propicio para inspirar en los demás un fuerte sentimiento de pertenencia colectiva, lo que nos unifica para protegernos colectivamente. En esta séptima «casa» asumimos la identidad nocturna de Mictlantecuihtli ‘protector de entre difuntos’, por lo que sentimos interés en nuestro patrimonio cultural, el que heredamos de nuestros difuntos.
Ü síntesis: este ilhuitl ‘retorno’ chicome quiyahuitl ‘siete lluvia’ es muy favorable para unirnos con otros, para protegernos unidos con los demás, para defender nuestro patrimonio cultural.
Octava Casa: chicoyei xöchitl ‘ocho flor’
Inicio: 18:43 del jueves 15 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del viernes 16 de diciembre de 2016.
ð El numeral chicoyei ‘ocho’ llega siempre con la identidad diurna de Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo cual nos hace ser inspiradores de otros para que expresen su pensamiento con palabras, también somos Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, como identidad nocturna, lo cual nos hace sentir necesidad de encontrarnos con nuestra verdad esencial, por lo que podemos tener sueños reveladores de nuestro sentir profundo respecto a asuntos en curso. Como ave está presente itzcuauhtli ‘águila obsidiana’, el emblema nacional de México y de Anáhuac.
ð El retorno xochitl ‘flor’ es del huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, el rumbo del color xoxouhqui ‘azul cielo’, rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestro instinto de tiempo, nuestra identidad «yo mente», que al haber madurado se convierte en nuestra impetridad, la fuerza cósmica que nos hace tener la habillidad de manejar correctamente el tiempo para lograr nuestros deseos. anteponiendo la protección de lo ajeno. Es rumbo masculino, lo cual nos hace emprendedores, audaces. Por ser xöchitl ‘flor’, nos interesa culminar aquello que está en curso de realización. Por también ser Xöchiquetzalli ‘belleza florida’ nos inspiramos para aportar belleza en nuestro entorno.
ð La dualidad chicoyei xöchitl ‘ocho flor’ nos trae la fuerza de la lluvia para inspirar a otros, para compartir con los demás nuestra verdad interior, para que se culmine hermosamente aquello que está en proceso. En esta octava «casa» nos ocrresponde asumir como identidad interna la de Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, con lo cual nos renovamos éticamente mientras transcurre nuestro vivir, como lo hacen los ríos al escurrir al mar.
Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ chicoaze xöchitl ‘ocho cañavera’ nos hace descubrir nuestra verdar interna para nutrir a los demás, para culminar nuestro trabajo en curso, para renovarnos éticamente.
Novena Casa: chiconahui zipactli ‘nueve iguana’
Inicio: 18:43 del viernes 16 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del sábado 17 de diciembre de 2016.
ð El numeral chiconahui ‘nueve’ llega siempre con la identidad diurna de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra identidad colectiva, nuestro «yo género», lo cual nos despierta un fuerte sentimiento de pertencia colectiva con quienes convivimos en este ciclo día noche, como identidad nocturna nos asumimos como Tlaloc ‘licor fecundador de la tierra’, lo cual nos hace ser inspiradores de los demás para que sus pensamientos germinen en forma de palabras, para que espresen verbalmente o por escrito aquello que ya existe en su corazón en forma de sentimientos. Como ave está presente chalchiutotolin ‘totola preciosa’, representación del autosacrificio, de la autoexigencia.
ð El retorno zipactli ‘caimana’ pertenece al tlahuilcopa ‘hacia donde la luz’, el oriente, el rumbo del color cozauhqui ‘amarillo dorado’, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestro instinto de pervivencia, nuestro «yo género», que, cuando madura se manifiesta como fuerte sentimiento de pertenencia colectiva, que nos inspira unirnos a otros para logros colectivos. Es rumbo femenino, por lo cual nos invade una actitud de complacencia hacia las propuestas de los demás, para incorporarlas con las nuestras, para hacerlas propias. Por ser zipactli ‘caimana’ sentimos deseos de iniciar proyectos ya madurados en nuestro corazón. Al también ser Tonacatecuihtli ‘protector de abundancia’ y Tonacazihuatl ‘mujer abundancia’ nos interesamos por todo aquello que se refiere a nuestra prosperidad, por todo lo que propicia la abundancia.
ð La dualidad chiconahui zipactli ‘nueve caimana’ nos trae una fuerza interior que nos hace solidarios con otros para iniciar proyectos que nos llevan a la prosperidad, a la abundancia. En esta novena «casa» nos corresponde asumir como identidad interna a Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de basura’, lo cual nos hace refllexionar sobre nuestro comportamiento a fin de revitalizar nuestra vitalidad, nuestros principios éticos más sentidos.
Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ chiconahui zipactli ‘nueve caimana’ nos llenamos de un fuerte sentimiento solidario que nos hace propiciar la unión colectiva para iniciar proyectos para abundancia.
Décima Casa: mahtlactli ehecatl ‘diez viento’
Inicio: 18:43 del sábado 17 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del domingo 18 de diciembre de 2016.
ð El numeral mahtlactli ‘diez’ se presenta con Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’ como acompañante diurno, esto nos hace ser rectos en nuestro comportamiento, deseosos de apegarnos a nuestros principios éticos. No se presenta acompañante nocturno. El ave presente es tecolotl ‘buho’.
ð El retorno ehecatl ‘viento’ es del mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, rumbo del color yayauhqui ‘ennegrecido’, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, manifestación de nuestro instinto de espacio, de nuestra identidad «yo cuerpo», nuestras convicciones de protección de llo vivo, de lo cierto, de lo ajeno, de lo débil y de lo armonioso. Este rumbo es masculino, lo cual nos hace ser activos, propositivos, emprendedores. Por ser ehecatl ‘viento’, son comportamos de manera emprendedora, ayudando a los demás a cumplir con su cometido, somos inquietos, inestables. Por también ser Quetzalcohuatli ‘gemelo precioso’ nos invade un fuerte sentimiento de pertenencia con quienes nos rodean, somos dados a ser solidarios.
ð La dualidad mahtlactli ehecatl ‘diez viento’ nos hace exigentes con nuestro comportamiento ético, nos interesa la solidaridad con quienes nos rodean en este ciclo día noche. Esta décima «casa» asumimos la identidad nocturna de Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’ que es como una voz interior que nos descubre nuestra verdad interna, nuestro sentir más profundo en los asuntos en curso, para actuar en consecuencia.
Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ mahtlactli ehecatl ‘diez viento’ nos sentimos impelidos a actuar de manera apegada a nuestros principios éticos más vigorosos, más verdaderos.
Undécima Casa: mahtlactlihuan ze calli ‘once casa’
Inicio: 18:43 del domingo 18 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del lunes 19 de diciembre de 2016.
ð El numeral mahtlactlihuan ze ‘once’ llega con el acompañamiento diurno de Yohualtecuihtli ‘protector nocturno’, que es el nombre de las tres estrellas que forman el palo horizontal del Mamalhuaztli ‘instrumento barrenador’, mismo que los indoeuropeos nombran Cinturón de Orión, esto indica que sirve para hacer fuego, es decir, que cuando se presenta suelen ocurrir sueños iluminadores de la realidad, que nos permiten ver con claridad los asuntos en que estamos involucrados. No se presenta compañero ncoturno. El ave presente es alotl ‘guacamaya’.
ð El retorno calli ‘casa’ llega del rumbo zihuahtlanpa ‘hacia entre mujeres’, el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, el rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, nuestra identidad «yo eros», misma que al madurar se convierte en nuestra «nupcialidad», esa fuerza genética que nos impele a unirnos con alguien de sexo complementario para compartir nuestro vivir disfrutando pénticamente: con la vista, con el oído, con el olfato, con el tacto y con el gusto. Es un rumbo femenino, lo cual nos aflora una personalidad acogedora, cálida, receptiva de las propuestas ajenas, para hacerlas nuestras. Por ser calli ‘casa’ somos dados a disfrutar de nuestro hogar, a permanecer en casa, a reflexionar sobre nuestro cuerpo, sobre nuestra patria. Por ser Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’ somos dados a dialogar con nuestro propio corazón para descubrir nuestros sentimientos más profundos, nuestra verdad interior sobre aquello que nos preocupa, sobre asuntos que no hemos comprendido aún.
ð La dualidad mahtlactlihuan ze calli ‘once casa’ es un retorno día noche que nos hace descubrir la realidad de nuestro entorno y nuestra verdad interna, esto nos llega de meditación, de diálogo con nuestro ser interno, así, nos tranquilizamos, percibimos con tranquilidad los asuntos en curso. En esta oncena «casa» asumimos la identidad nocturna de Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo cual nos hace fecundadores de las ideas de quienes nos rodean para que germinen en forma de diálogo o en forma escrita.
Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan ze calli ‘once casa’ somos dados a descubrir la realidad de nuestro entorno y de nuestro ser interno, lo cual inspira a otros para lo propio.
Decimosegunda Casa: mahtlactlihuan ome cuetzpalli ‘doce lagarto’
Inicio: 18:43 del lunes 19 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del martes 20 de diciembre de 2016.
ð El numeral mahtlactlihuan ome ‘doce’ trae únicamente identidad diurna, que es Tlahuizcalpantecuihtli protector de la alborada’, el efecto de esta identidad es que percibimos los acontecimientos antes de ocurrir, nos adelantamos a los hechos, lo cual nos permite estar alerta. No se presenta compañero nocturno con este numeral. El ave presente es quetzaltototl ‘pájaro verdeazul’, el quetzal, ave de hermoso plumaje que no tolera vivir en cautiverio.
ð El retorno cuetzpalin ‘lagarto’ pertenece al huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, rumbo del color xoxouhqui ‘azul cielo’, rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestra voluntad logradora, originada por nuestro instinto de tiempo, por nuestra identidad «yo mente». Es rumbo masculino, lo cual se manifiesta en nosotros como deseo de ser activos, emprendedores. Por ser cuetzpalli ‘lagarto’ en este retorno día noche mostramos una gran vitalidad sexual, especialmente los hombres, asimismo se nos facilita todo aquello que tiene que ver con alimentación, como que la comida llega a nostros. Por también ser Huehuecoyotl ‘coyote huehuetero’, somos dados a las manifestaciones dancísticas, a la recreación.
ð La dualidad mahtlactlihuan ome cuetzpalli ‘doce lagarto’ nos hace adelantarnos a los acontecimientos, en especial a los que tienen que ver con la actividad sexual masculina y con la diversión, especialmente con la danza. En esta penúltima «casa» nos asumimos como Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, en tanto identidad nocturna, lo cual nos hace renovar nuestra potencia iniciadora.
Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan ome cuetzpalli ‘doce lagarto’ nos permite adelantarnos a los conocimientos que tienen que ver con el placer, sexual y de diversión, lo cual nos renueva.
Trecena Casa: mahtlactlihuan yei cohuatl ‘trece serpiente’
Inicio: 18:43 del miércoles 20 de diciembre de 2016. Fin: 18:43 del jueves 21 de diciembre de 2016.
ð El numeral mahtlactlihuan yei ‘trece’ tiene únicamente acompañante diurno, que es Zitlalin icue ‘estrella su falda’, que es la fuerza femenina de las estrellas, un nombre alterno de Omezihuatl ‘mujer dual’, la fracción engendradora de Ometeötl ‘fuerza armonizante dual’, en el referente europeo equivale a la parte femnina de todo lo que existe en el Universo. Esta identidad nos hace fuertemente receptivos, acogedores de lo ajeno para hacerlo propio y darle vida independiente. No existe acompañante nocturno. El ave presente es toznenetl ‘loro amarillo’.
ð El retorno cohuatl ‘serpiente’ pertenece al tlahuilcopa ‘hacia el lugar de luz’, el oriente, el rumbo del color cozauhqui ‘amarillo, dorado’, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra identidad gemélica, manifestación madura de nuestro instinto de pervivencia, de nuestra identidad «yo género», eso que nos genera un fuerte sentimiento de pertenencia colectiva, de unirnos a otros para logros colectivos. Es un rumbo femenino, lo cual nos hace ser acogedores de lo que proviene de los demás, para hacerlo propio y darle vida independiente. Por ser cohuatl ‘serpiente’ somos muy cautelosos, avanzamos de manera lateral, no de frente, hasta que ya estamos ciertos de que lograremos lo que buscamos. Por ser Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’ y Chalchiuhtonal ‘energía esmeralda’ poseemos la fuerza de las corrientes fluviales, que se autopurifican mientras corren y arrastran todo aquello que no está firmemente sustentado en lo ético.
ð La dualidad mahtlactlihuan yei cohuatl ‘trece serpiente’ es un retorno muy femenino, muy engendrador, nos da una personalidad acogedora de lo que proviene de los demás, para hacerlo propio y darle vida independiente, siempre de manera cautelosa, no directamente, renovando éticamente aquello que acogemos como propio. En esta última «casa» asumimos la identidad nocturna de Itztli ‘obsidiana’, lo cual nos hace renovarnos cortando todo aquello que no se apega estrictamente a nuestras convicciones éticas profundas.
Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan yei cohuatl ‘trece serpiente’ somos fuertemente engendradores de lo ético, renovadores de nuestros principios de acción ética.
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