Ze Quiyahuitl Tonalpohualli

ze quiyahuitl ‘uno lluvia’

Inicio: 00:43 del martes 26 de septiembre de 2017. Fin: 00:43 del lunes 9 de octubre de 2017.

Tlacatzin Stivalet Corral

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El séptimo trecenario, ze quiyahuitl ‘uno lluvia’, cuyo ilhuicapohtzin ‘compañero celeste’ es Tlaloc ‘el pulque de la tierra’, también llamado Tlaloccan Tecuihtli ‘protector del tiempo del licor de la tierra’. Hay que tener presente que Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’ trabajó durante 400 millones de años, junto con la tierra, el aire y el sol, antes de que apareciera la vida, en su forma de ADN, hace 3,200 millones de años. Hasta el presente, el trabajo de Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’ es imprescindible para que los humanos podamos alimentarnos. Este signo es del zihuahtlanpa ‘hacia entre mujeres’, el poniente, el rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro «instinto de placer», mismo que al madurar se manifiesta como nuestra «nupcialidad». Según afirmaba Sahagún en nuestra Quinta Luna tolteca, los que nacen en este signo serían “nigrománticos [‘quienes evocan a los muertos para conocer el futuro’], bruxos [‘hombres que hacen cosas misteriosas y que creía Sahagún que tenían pacto con el “diablo”‘], hechiceros [‘personas a quienes Sahagúnc reía en relación con el “diablo” para someter a alguien a influencias “maléficas” con prácticas “supersticiosas”], enbaidores [‘embaucadores’]”; la palabra nahua usada por Sahagún para significar “nigromántico” o “bruxo” es tlacatecolotl ‘tecolote humano’, esta traducción es errónea, en realidad se trata de un ‘piojo blanco humano’, “ladilla”, por otro nombre atemitl ‘dardo de testículo’, posiblemente por su relación con el autosacrificio llamado motepulizo ‘autosangrado del pene’. La fuerza de este trecenario es de inicio a través de la palabra, que busca la unidad a través de titubeos, la palabra es para la depuración ética.

Primera Casa: ze quiyahuitl ‘uno lluvia’

Inicio: 00:43 del martes 26 de septiembre de 2017. Fin: 00:43 del miércoles 27 de septiembre de 2017.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ ze quiyahuitl ‘uno lluvia’ nos hace ser propiciadores de todo proyecto que esté encaminado a la nutrición, a la prosperidad.

ð El numeral ze ‘uno’ trae doblemente al fuego como identidad, como identidad diurna como Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, lo cual nos hace ser iniciadores, nutridores de los demás, como identidad nocturna nos activa la identidad de Huehueteötl ‘pupila antigua’, lo cual nos renueva la permanencia del esfuerzo, que es lo que logra frutos. Como ave está presente nexhuitzilin ‘colibrí cenizo’.

ð El retorno quiyahuitl ‘lluvia’ pertenece al zihuahtlanpa ‘hacia entre mujeres’, el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, rumbo del Xipeh Totec ‘poseedor de sexo, nuestro protector’, nuestra identidad «yo eros», manifestación de nuestro instinto de placer, mismo que cuando madura se hace nuestra «nupcialidad», la fuerza instintiva que nos impele a buscar la compañía permanente de alguien de sexo complementario para disfrutar cotidianamente nuestro vivir, lo cual nos impele a proteger a los más jóvenes que nosotros. Por ser quiyahuitl ‘lluvia’ somos muy imaginativos, de carácter cambiante, inquietos, siempre inspirando a otros para germinar sus ideas, sus sentimientos, con lo cual son capaces de expresar lo que estaba en potencia, lo que estaba latente en sus corazones. Por también ser Tonatiuh ‘va irradiando’, el sol, nos manifestamos protectores de los demás, nutriendo su sentir, de la misma manera en que el sol nutre a las plantas a trevés de la fotosíntesis.

ð La dualidad ze quiyahuitl ‘uno lluvia’ nos hace ser iniciadores de proyectos benéficos para la alimentación, protectores de los demás. Según dice Sahagún este ilhuitl ‘retorno’ es de mala ventura porque en esta casa aparecían sobre la tierra las zihuateteo ‘difuntos femeninas’ y generaban muchas enfermedades en niños y niñas. En esta primera «casa» nos llega, como identidad nocturna, Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de basura’, lo que nos hace renovar nuestra fuerza interna para mejorar éticamente.

Segunda Casa: ome xöchitl ‘dos flor’

Inicio: 00:43 del miércoles 27 de septiembre de 2017. Fin: 00:43 del jueves 28 de septiembre de 2017.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ ome xöchitl ‘dos flor’ nos da fuerza para culminar aquello que está en curso, nos da ganas de disfrutar lo bello, lo armonioso.

ð El numeral ome ‘dos’ nos trae la identidad diurna de Tlaltecuihtli ‘protector terreno’, lo cual nos hace ser sustentantes de otros, es decir, en este retorno día noche nos hacemos inspiradores de los demás para que sean fuertes, para que muestren reciedumbre, lo mismo ocurre con cada uno de quienes nos rodean, es un proceso interactuante. Como identidad nocturna somos Itztli ‘obsidiana’, con lo cual se renueva en nosotros la aptitud para cortar con todo aquello que no se apega estrictamente a la ética. Como ave está presente el quetzalhuitzilin ‘colibrí verdeazul’.

ð El retorno xöchitl ‘flor’ nos llega del huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, el rumbo del color xoxouhqui ‘azul celeste’, rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado, lector seguidor del camino del colibrí’, nombre nahua de nuestra «impetridad», la fuerza genética que nos hace hábiles para manejar el tiempo a nuestro favor, para obtener lo que deseamos de corazón, es la forma madura de nuestro instinto de tiempo, de nuestra identidad «yo mente». Por ser xöchitl ‘flor’ sentimos inspiración para completar aquello que está en curso, más bien dicho, para culminar aquello que nos ocupa. Por también ser Xöchiquetzalli ‘preciosidad florida’ somos muy inspirados para hacer hermosamente lo que hacemos, para disfrutar la belleza.

ð La dualidad ome xöchitl ‘dos flor’ nos hace fuertes para completar con belleza aquello que está en curso, para disfrutar de la belleza de la naturaleza. En esta segunda «casa» asumimos con la identidad nocturna de Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, lo cual nos hace renovar nuestra capacidad de descubrir nuestra verdad interna.

Tercera Casa: yei zipactli ‘tres caimana’

Inicio: 00:43 del jueves 28 de septiembre de 2017. Fin: 00:43 del viernes 29 de septiembre de 2017.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ yei zipactli ‘tres iguana’ nos hacemos fuertes, nos asumimos como iniciadores, como emprendedores de proyectos que darán abundancia de sustento.

ð El numeral yei ‘tres’ nos trae como identidad diurna a Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, lo cual nues hace actuar mejorando nuestras convicciones éticas, tal como el agua que corre en los ríos, que se renueva mientras fluye hacia el mar. Como identidad nocturna nos asumimos como Piltzinteötl ‘fuerza armonizante niño precioso’, el sol naciente, lo cual renueva nuestra capacidad de asombro ante la belleza de nuestro entorno. Como ave está presente cuixin ‘milano’.

ð El retorno zipactli ‘caimana’ pertenece al tlahuilcopa ‘hacia el lugar de la luz’, el oriente, rumbo del color cozauhqui ‘amarillo dorado’, color de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso, gemelo potente’, nuestro instinto de pervivencia, nuestra identidad «yo género», que cuando madura nos genera un fuerte sentimiento de pertenencia colectiva: con nuestra familia, con nuestros amigos, con nuestros vecinos y con nuestros compañeros. Es un rumbo femenino, lo cual nos inspira un sentimiento integrante, asumiendo como propio aquello que descubrimos en los demás, dándole nueva vida. Por ser zipactli ‘iguana’, somos muy dados a iniciar proyectos, a darle forma a nuestras aspiraciones. Por también ser Tonacatecuihtli ‘protector de abundancia’ y Tonacazihuatl ‘mujer abundancia’ somos dados a todo aquello que propicia el sustento cotidiano.

ð La dualidad yei zipactli ‘tres iguana’ nos hace actuar de manera natural, mejorándonos éticamente, iniciando proyectos que nos llevarán a la abundancia de sustento. En esta tercera «casa» nos corresponde asumir la identidad nocturna de Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo cual nos inspira para renovar nuestra fuerza germinadora, nuestra fuerza inspirante de los demás para que dejen salir a la luz lo que son meros pensamientos.

Cuarta Casa: nahui ehecatl ‘cuatro viento’

Inicio: 00:43 del viernes 29 de septiembre de 2017. Fin: 00:43 del sábado 30 de septiembre de 2017.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ nahui ehecatl ‘cuatro viento’ nos mostramos muy solidarios con nuestros semejantes, estamos muy dispuestos a aporyarlos en su tareas cotidianas.

ð El numeral nahui ‘cuatro’ llega con la identidad diurna de Tonatiuh ‘va irradiando’, el sol, lo cual nos hace asumir como propia la problemática de quienes nos rodean, contribuyendo a su sustento, protegiendo lo que les da fuerza, también llega con la identidad nocturna de Zenteötli ‘fuerza armonizante que unifica’, con lo que se restaura nuestra potencia integrante, nuestra fuerza unificadora de voluntades. Como ave está presente zolin ‘codorniz’.

ð El retorno ehecatl ‘viento’ es del mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, rumbo del color yayauhqui ‘enegrecido’, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, manifestación de nuestro instinto de espacio, de nuestra identidad «yo cuerpo», que se manifiesta como salud y una necesidad de comportamiento apegado a lo ético, como un carácter fuerte, exigente de la ética en todo momento. Es un rumbo masculino, por lo cual mostramos gran iniciativa, gran deseo de acción. Por ser ehecatl ‘viento’, en este día somos muy cambiantes, muy en busca de otros para ayudarlos a cumplir con sus compromisos. Por también ser Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, en este ciclo día noche sentimos con fuerza pertenencia colectiva, solidaridad con nuestros semejantes.

ð La dualidad nahui ehecatl ‘cuatro viento’ nos hace cambiantes, siempre en busca de ayudar a los demás a cumplir con su tarea diaria, a proteger su trabajo, a solidarizarnos con otros. En esta cuarta «casa» nos corresponde asumir como identidad nocturna a Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego portector de hierba’, lo cual nos activa la renovación de nuestro potencial de protección de lo que inicia.

Quinta Casa: macuilli calli ‘cinco casa’

Inicio: 00:43 del sábado 30 de septiembre de 2017. Fin: 00:43 del domingo 1 de octubre de 2017.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ macuilli calli ‘cinco casa’ nos invade una fuerza interna que nos hace buscar nuestro patrimonio ancestral, para hacerlo propio, para darle nueva vida.

ð El numeral macuilli ‘cinco’ nos trae como identidad diurna a Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, lo cual nos hace observar nuestro entorno en pos de aquello que ya fue desechado, para renovarlo, para buscar restaurar su utilidad. Como identidad nocturna nos llega Mictlantecuihli ‘protector de entre difunto’, lo cual nos hace adoptar como propio todo aquello que generaron nuestros ancestros, lo cual lo protege, le da nueva vida. Como ave está presente cacalotl ‘cuervo’.

ð El retorno calli ‘casa’ pertenece al zihuahtlanpa ‘hacia entre mujeres’, el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, nuestra identidad «yo eros», que madura entre los 24 y los 30 años de edad para manifestarse como nuestra «nupcialidad», esa fuerza irrefrenable que nos hace encontrar a alguien de sexo complementario para unirnos permanentemente y, de esta manera, disfrutar mutuamente: con la vista, con el oído, con el olfato, con el tacto y con el gusto, también nos nace protteger a los más jóvenes que nosotros. Es un rumbo femenino, lo cual activa nuestro sentimiento integratorio de lo que procede de otros para hacerlo propio y darle vida autónoma. Por ser calli ‘casa’, somos dados a disfrutar nuestro hogar, a embellecerlo, a renovarlo. Por también ser Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, somos dados a la introspección, a buscar nuestro sentir profundo.

ð La dualidad macuilli calli ‘cinco casa’ nos hace acercarnos a nuestro patrimonio cultural para fortalecernos, para renovarlo, para encontrar nuestra identidad más profunda, la identidad que nos hace ser parte de nuestra herencia patria. Esta quinta «casa» nos corresponde asumir la identidad nocturna de Itztli ‘obsidiana’, de esta manera renovamos nuestra fuerza para cortar con todo aquello que no se apega estrictamente a lo ético.

Sexta Casa: chicoaze cuetzpalli ‘doce lagarto’

Inicio: 00:43 del domingo 1 de octubre de 2017. Fin: 00:43 del lunes 2 de octubre de 2017.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ chicoaze cuetzpalin ‘seis lagarto’ nos hace ser muy dados a la gula, nos hacemos glotones, disfrutamos la alegría de comer, de divertirnos.

ð El numeral chicoaze ‘seis’ tiene como identidad diurna a Mictlantecuihtli ‘protector de entre difunto’, lo cual nos inspira para hacer nuestro el patrimonio heredado de nuestros ancestros, con lo cual nos hacemos sus continuadores. Como identidad nocturna nos llega Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, lo cual nos hace renovar nuestra fuerza regeneradora de nuestra autopurificación ética. Como ave está presente itzchicuahtli ‘lechuza obsidiana’.

ð El retorno cuetzpalli ‘lagarto’ nos ubica en el huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, el rumbo del color xoxouhqui ‘azul celeste’, el rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestra voluntad logradora, manifestación madura de nuestra identidad «yo mente», de nuestro instinto de tiempo. Es un rumbo masculino, lo que nos impele a actuar de manera audaz, atrevida. Por ser cuetzpalin ‘lagarto’, somos muy movidos, muy llenos de energía masculina, se nos facilita todo lo que tiene que ver con el alimento. Por también ser Huehuecoyotl ‘coyote anciano’, somos muy dados a la diversión.

ð La dualidad chicoaze cuetzpalli ‘seis lagarto’ nos hace ser muy activos, nos hace acercarnos a nuestro patrimonio cultural, especialmente en lo que tiene que ver con la diversión, con la alimentación. En esta sexta «casa» nos corresponde la identidad nocturna de Piltzinteötl ‘pupila hijo precioso’, el sol naciente, lo que nos hace renovar nuestra fuerza para irradiar en nuestro entorno la capacidad de percibir el colorido de la naturaleza.

Séptima Casa: chicome cohuatl ‘siete serpiente’

Inicio: 00:43 del lunes 2 de octubre de 2017. Fin: 00:43 del martes 3 de octubre de 2017.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ chicome cohuatl ‘siete serpiente’ nos hace inspirar unidad en los demás, lo cual nos renueva, nos cambia de piel.

ð El numeral chicome ‘siete’ tiene como acompante diurno a Zentecuihtli ‘protector de la unidad’, esto nos hace irradiar armonía en nuestro entorno, inspirando en lo demás el deseo de acercarse a sus semejantes para trabajar en unión en proyectos de beneficio colectivo. Como acompañante nocturno llega Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de la basura’, lo cual nos renueva nuestra capacidad de reprocesamiento de lo ya desechado para que vuelva a servir, para que pueda ser usado nuevamente. Como volante está presente tizapapalotl ‘mariposa blanca’.

ð El retorno cohuatl ‘serpiente’ llega con el rumbo tlahuilcopa ‘hacia el lugar de la luz’, el oriente, el rumbo del color cozauhqui ‘amarillo dorado’, el rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra identidad «yo género», manifestación de nuestro instinto de pervivencia, lo que al madurar nos hace sentir pertenencia colectiva, solidaridad con los demás seres humanos. Es rumbo femenino, lo cual nos hace ser complacientes, receptivos de lo que proviene de los demás para hacerlo propio y darle vida independiente. Por ser cohuatl ‘serpiente’ somos muy cautelosos, no avanzamos directamente a lo que queremos, damos rodeos, hasta estar seguros de lograr nuestro objetivo. Por también ser Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’ y Chalchiuhtonal ‘energía preciosa’ somos renovadores, así como hace la serpiente cuando cambia de piel.

ð La dualidad chicome cohuatl ‘siete serpiente’ nos hace ser unificantes, aunque actuamos de manera cautelosa, sin mostrar abiertamente nuestra intención. En esta séptima «casa» nos llega la identidad interna de Zentecuihtli ‘protector que une’, lo cual renueva nuesta fuerza armonizante que unifica.

Octava Casa: chicoyei miquizti ‘ocho muerte’

Inicio: 00:43 del martes 3 de octubre de 2017. Fin: 00:43 del miércoles 4 de octubre de 2017.

Ü síntesis: en este ilhuitl ‘retorno’ chicoyei miquiztli ‘ocho muerte’ nos hace reflexivos sobre el final de los ciclos, sobre el inicio de nuevos ciclos, lo cual nutre a quienes nos rodean.

ð El numeral chicoyei ‘ocho’ tiene como acompañante diurno a Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo cual nos hace inspiradores de quienes conviven con nosotros para que germinen sus ideas y las expresen con palabras, escritas o habladas, también para que desarrollen sus pensamientos, para que los fortalezcan. Como acompañante nocturno está presente Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, con lo cual se renueva nuestro potencial de autoconciencia de nuestra identidad profunda, la que nos hace actuar de acuerdo a nuestras convicciones más sentidas. Como ave está presente itzcuauhtli ‘águila obsidiana’, el emblema nacional de México y de Anáhuac.

ð El retorno miquiztli ‘muerte’ pertenece al mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, el rumbo del color yayauhqui ‘ennegrecido’, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su humear’, nuestra conciencia ética, lo que nos hace descubrir aquello que no se apega a la ética: respeto a lo vivo, respeto a lo cierto, respeto a lo ajeno, respeto a lo débil, respeto a lo armonioso. Es rumbo masculino, por lo que somos activos, emprendedores, deseosos de realización. Por ser miquiztli ‘muerte’ somos dados a sentirnos taciturnos, reflexivos, evaluadores de ciclos, para descubrir aquellos que ya se cerraron y actuar en consecuencia. Por también ser Metztli ‘luna’ y Tecziztecatl ‘de entre caracoles’, nos dejamos llevar por los cambios, abandonando tranquilamente aquello que ya terminó de ser y aceptando sin rechazo lo que inicia.

ð La dualidad chicoyei miquiztli ‘ocho muerte’ se manifiesta en nosotros como energía fecundante del pensamiento de los demás, fortaleciendo aquellos planteamientos que ya fueron concientizados por otros, lo anterior gracias a una reflexión nuestra. En esta octava «casa» asumimos la identidad nocturna de Mictlantecuihli ‘protector de entre difunto’, lo que hace renovar nuestra fortaleza cultural.

Novena Casa: chiconahui mazatl ‘nueve venada’

Inicio: 00:43 del miércoles 4 de octubre de 2017. Fin: 00:43 del jueves 5 de octubre de 2017.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ chiconahui mazatl ‘nueve venada’ es muy disfrutable, nos llena de fuerza fecundante que inspira a los demás para que expresen sus pensamientos.

ð El numeral chiconahui ‘nueve’ siempre llega con la identidad diurna de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra identidad colectiva, nuestro sentimiento de pertenencia con los demás, lo cual nos hace solidarios, cooperadores con otros. La identidad nocturna que nos llega es la de Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, con lo cual se renueva en nosotros la fuerza fecundante de las ideas de otros. Como ave está presente chalchiuhtotolin ‘totol precioso’, lo cual nos hace inclinados al autosacrificio.

ð El retorno mazatl ‘venada’ está ubicado en el zihuatlanpa ‘hacia entre mujer’, el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, el rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestra identidad «yo eros», manifestación de nuestro instinto de placer, que cuando ya maduró se hace nuestra «nupcialidad», fuerza genética que nos impele a unirnos de manera permanente con alguien de sexo complementario, para disfrutar cotidianamente: con la vista, con el oído, con el olfato, con el tacto y con el gusto. Es rumbo femenino, lo cual nos hace ser integradores de los pensamientos ajenos para darles vida independiente. Por ser mazatl ‘venada’ somos muy perceptivos de nuestro entorno, de los cambios climáticos, deseosos de disfrutar los espacios libres, de las montañas. Por también ser Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’ somos inspiradores de los demás para que den forma a sus pensamientos, para que los nutran, para que los expresen, a fin de que se fortalezcan con el debate colectivo.

ð La dualidad chiconahui mazatl ‘nueve venada’ nos trae una gran solidaridad que se manifiesta como apoyo a las ideas ajenas, para que se fortalezcan, para que den fruto, esto a través de una gran percepción de nuestro entorno, lo que nos permite fecundar las ideas de otros para que se fortalezcan. En esta novena «casa» nos ocorresponde la identidad nocturna de Chalchiuhtlicue ‘esmeralda su falda’, lo cual hace que se renueve nuestra capacidad de autopurificarnos, de ser aptos para restaurar nuestra ética.

Decima Casa: mahtlactli tochtli ‘diez conejo’

Inicio: 00:43 del jueves 5 de octubre de 2017. Fin: 00:43 del viernes 6 de octubre de 2017.

Ü síntesis: este ilhuitl ‘retorno’ mahtlactli tochtli ‘diez conejo’ nos activa nuestra conciencia ética, con lo cual actuamos de manera original, diferente, lo que inspira a quienes nos rodean.

ð El numeral mahtlactli ‘diez’ trae únicamente identidad diurna, que es Tezcatl ipoca ‘espejo su humear’, lo cual nos hace sentir una gran necesidad de apego a nuestros principios éticos. No llega identidad nocturna. El ave presente es el tecolotl ‘buho’, ave nocturna poseedora de grandes ojos.

ð El retorno tochtli ‘conejo’ se ubica siempre en el huitztlanpa ‘hacia entre espina’, el sur, el rumbo del color xoxouhqui ‘azul celeste’, rumbo de Huitzilopochtli ‘zurdo colibrizado’, nuestra voluntad logradora, la fuerza interna que nos da la habilidad de manejar adecuadamente los tiempos para oportunamente lograr aquello que anhela nuestro corazón. Es rumbo masculino, lo cual nos hace sentir deseos de acción, de realización. Por ser tochtli ‘conejo’, sentimos inspiración para ser originales, diferentes, fecundos. Por también ser Meyahuel ‘fuente sagrada’, somos nutrientes de los demás.

ð La dualidad mahtlactli tochtli ‘nueve conejo’ nos llega trayéndonos un fuerte sentimiento de comportamiento apegado a lo ético, lo cual nos inspira para ser creativos, originales, fecundos, lo cual nutre a los demás para mejorarse. En esta décima «casa» nos llega la identidad nocturna de Tlazolteötl ‘fuerza armonizante de basura’, esto hace que se renueve nuestra potencia regeneradora de la ética.

Undécima Casa: mahtlactlihuan ze atl ‘once agua’

Inicio: 00:43 del viernes 6 de octubre de 2017. Fin: 00:43 del sábado 7 de octubre de 2017.

Ü síntesis: el ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan ze atl ‘once agua’ nos hace ser muy estrictos en lo que respecta a la ética, con lo cual predicamos con el ejemplo.

ð El numeral mahtlactlihuan ze ‘once’ posee únicamente identidad nocturna, que es Yohualtecuihtli ‘protector de la noche’, que está ubicado espacialmente como las tres estrellas del palo horizontal de la costelación del Mamalhuaztli ‘instrumento barrenador’, usado para generar fuego, corresponde a lo que los europeos llaman cinturón de Orión. No esiste acompañante nocturno. El ave presente es alotl ‘guacamaya roja’.

ð El retorno atl ‘agua’ nos llega con el rumbo de tlahuilcopa ‘hacia el lugar de la luz’, el oriente, el rumbo del color cozauhqui ‘amarillo’, rumbo de Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, nuestra identidad genómica, manifestación de nuestro instinto de pervivencia, de nuestra identidad «yo género», lo cual nos inspira solidaridad, sentimiento de pertenencia colectiva. Es rumbo femenino, lo que nos hace integradores de las ideas de los demás, para hacerlas propias y darles vida autónoma. Por ser atl ‘agua’ somos muy adaptables, muy dados a aceptar los cambios, deseosos de pensar. Por también ser Tonatiuh ‘va irradiando’, el sol, somos nutrientes, fortalecedores de los demás.

ð La dualidad mahtlactlihuan ze atl ‘once agua’ nos hace sentir con fuerza nuestros principios éticos, lo cual nos hace ser adaptables a los demás, fortalecedores de quienes nos rodean, al inspirar un comportamiento ético predicando con el ejempo. En esta onceava «casa» nos corresponde la identidad nocturna de Tepeyollohtli ‘corazón de montaña’, lo cual renueva nuestra capacidad de descubrir nuestra verdad interior.

Decimosegunda Casa: mahtlactlihuan ome itzcuintli ‘doce perro’

Inicio: 00:43 del sábado 7 de octubre de 2017. Fin: 00:43 del domingo 8 de octubre de 2017.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan ome itzcuintli ‘doce perro’ nos adelantamos a los acontecimientos para favorecer a nuestros amigos, para mostrar lealtad oportunamente.

ð El numeral mahtlactlihuan ome ‘doce’ llega sólo con identidad diurna, que es Tlahuizcalpantecuihtli ‘protector de la alborada’, el planeta Venus en su fase de lucero de la mañana, lo cual nos despierta la percepción para adelantarnos a los acontecimientos, percibimos los hechos antes de ocurrir. El ave presente es quetzaltotl ‘pajaro verdeazul’, el quetzal, que no soporta vivir en cautiverio.

ð El retorno itzcuintli ‘perro’ llega con el mictlanpa ‘hacia entre difunto’, el norte, el rumbo del color yayauhqui ‘negruzco’, el rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra identidad ética, manifestación de nuestras convicciones de comortamiento con los demás, manifestación de nuestro instinto de espacio, de nuestra identidad «yo cuerpo» que nos impele a proteger lo vivo, lo cierto, lo ajeno, lo débil y lo armonioso. Es rumbo masculino, lo que nos hace ser actuantes, emprendedores, audaces. Por ser itzcuintli ‘perro’ somos muy amigables, muy deseosos de hacer favores, de mostrar lealtad a nuestros amigos. Por también ser Mictlantecuihtli ‘protector de entre difunto’ y Mictlanzihuatl ‘mujer de entre difunto’, somos muy apegados a nuestro patrimonio cultural, depurándolo continuamente..

ð La dualidad mahtlactlihuan ome itzcuintli ‘doce perro’ nos permite adelantarnos a los acontecimientos para hacer favores a otros, para demostrar lealtad a nuestros amigos, para solidarizarnos con nuestra identidad cultural. Esta duodécima «casa» nos llega con la identidad nocturna de Tlaloc ‘licor fecundante de la tierra’, lo cual renueva nuestra fuerza fecundante y nutriente de las ideas ajenas.

Trecena Casa: mahtlactlihuan yei ozomahtli ‘trece mona’

Inicio: 00:43 del domingo 8 de octubre de 2017. Fin: 00:43 del lunes 9 de octubre de 2017.

Ü síntesis: en el ilhuitl ‘retorno’ mahtlactlihuan yei ozomahtli ‘trece mona’ disfrutamos todo lo que hacemos, lo cual contribuye a embellecer las acciones, a propiciar la unidad de todos.

ð El numeral mahtlactlihuan yei ‘trece’ llega acompañado únicamente de identidad diurna, que es Zitlalin icue ‘estrella su falda’, la fuerza femenina del universo, lo cual nos hace integradores de lo que proviene de otros para hacerlo propio y darle vida autónoma. No se presente acompañante nocturno. El ave presente es toznenetl ‘loro amarillo’.

ð El retorno ozomahtli ‘mona’ es del zihuatlanpa ‘hacia entre mujer’, el poniente, rumbo del color tlatlauhqui ‘enrojecido’, rumbo de Xipeh Totec ‘dueño de sexo, nuestro protector’, nuestro instinto de placer, nuestra identidad «yo eros», fuerza genética que al madurar entre los 24 y los 30 años de edad se convierte en nuestra «nupcialidad», que nos impele a unirnos con alguien de sexo complementario para disfrutar cotidianamente: con la vista, con el oído, con el olfato, con el tacto y con el gusto. Es rumbo femenino, lo cual nos hace aún más integradores de lo ajeno a nuestro ser interno, para darle vida independiente. Por ser ozomahtli ‘mona’, somos muy dados a disfrutar lo que hacemos, a ser un tanto juguetones, despreocupados. Por también ser Xöchipilli ‘hijo florido’ y Zenteötl ‘fuerza armonizante que unifica’, todo lo que hacemos tiende a ser hermoso, agradable, propiciador de unidad.

ð La dualidad mahtlactlihuan yei ozomahtli ‘trece mona’ nos hace muy receptivos, muy integrantes de lo ajeno, para hacerlo propio y darle vida independiente, siempre disfrutando, siempre embelleciendo cada acción, con lo que propicia la unidad. En esta trecena «casa» asumimos la identidad nocturna de Xiuhtecuihtli Tletl ‘fuego protector de hierba’, lo que nos hace renovar nuestra fuerza para irradiar en nuestro entorno la fuerza generadora de vida.

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